La tercera vida de una empresa que nació de la reconversión naval

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

La empresa activará un nuevo turno de producción.
La empresa activará un nuevo turno de producción. JOSÉ PARDO

La naronesa Seaquarz cierra acuerdos de venta de su tablero de piedra y busca socio

25 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue una de las fábricas instaladas en la comarca ferrolana al calor de las ayudas de la primera reconversión naval y también uno de los sonados fracasos. Tile Stone, factoría dedicada a la producción de tableros de conglomerado de cuarzo para el sector de la construcción, abrió sus puertas en el polígono naronés de As Lagoas a principios de la década de los noventa y pese a que siempre ha existido mercado para sus productos, encadenó tres fases con otros tantos intentos fallidos. Tras su puesta en marcha, a mediados de los noventa la mayor parte del accionariado pasó a manos del grupo italiano Quarella, que la rebautizó como Privilege Advance Surfaces y acabó por llevarla a la quiebra, en el 2012. Entonces, 39 de sus trabajadores decidieron dar un paso al frente, convencidos de la viabilidad del negocio, y adquirir la empresa. Bautizada como Seaquarz, pronto se topó con las dificultades para acceder a la financiación, por lo que sus nuevos dueños decidieron el pasado año llegar a un acuerdo con el empresario valenciano Salvador Ortí, que tomó el timón.

Sin embargo, tampoco ha sido fácil el arranque de esta tercera oportunidad, con amago incluido de cierre, despejado tras un acuerdo entre el nuevo dueño y la plantilla. Ahora, sus responsables sostienen que ha salvado algunos hitos con los que se «garantiza el 75 % de la viabilidad de la compañía», según apunta el director general, Ignacio Roselló. En este sentido, explica que acaba de firmar tres acuerdos con dos clientes centroeuropeos y un italiano, que situará la facturación de la compañía este año en el entorno de los 4,5 millones de euros, tres más que el pasado ejercicio. No obstante, si los planes de la empresa se cumplen, las ventas ascenderán el próximo año a los siete millones.

Sin embargo, el reto más importante que tiene que superar es la entrada en el accionariado de un nuevo socio, que inyecte liquidez a la empresa, que produce entre 3.000 y 3.500 tablas al mes en su planta de 12.000 metros cuadrados en Narón. «Nuestro objetivo es subir esa cifra hasta los 4.500 tableros a partir del próximo año», afirmó Roselló. En estos momentos, Seaquarz negocia la venta de parte de sus acciones a un fondo de inversión, operación que Ignacio Roselló confía en que se cierre antes de que finalice el año ya que los contactos «están muy avanzados». Después de regularizar el pago de las nóminas, Seaquarz tiene pendiente de abono a su plantilla los atrasos y también la compra de sus participaciones, a lo que hará frente una vez que selle el acuerdo con el inversor, afirmó el director general.

En la recuperación

Tras los tiempos convulsos, Roselló huye del triunfalismo y afirma que aunque la crisis no está totalmente superada, «estamos en fase de ello, nos encontramos en el camino adecuado». Para hacer frente a la demanda, Seaquarz, totalmente volcada en la exportación y con solo entre un 15 y un 20 % de las ventas en el mercado nacional, va poner en marcha un tercer turno productivo, que podría suponer la consolidación de alguno de los ocho trabajadores eventuales de subcontratas, que se suman a los 38 directos.

Con una planta altamente automatizada, la compañía ha realizado un gran esfuerzo para aumentar su oferta -fabrica tablero de tres espesores y ofrece hasta 28 colores- y anuncia una inversión de 600.000 euros para incrementar su competitividad. Inmersa en un mercado en crecimiento en el extranjero, consume una nueva vida en el débil entramado empresarial de Ferrolterra.