Mercado laboral y contratación

Patricio Sánchez PROFESOR DE ECONOMÍA FINANCIERA. UNIV. DE VIGO

ECONOMÍA

05 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los recientes datos sobre el mercado laboral confirman una tendencia favorable comenzada hace año y medio. Sin lugar a dudas, de todos estos datos el indicador más negativo es la muy alta temporalidad de los nuevos empleos. Existen dos posibilidades de contemplar este aspecto: una optimista y otra pesimista. A riesgo de poder equivocarme, creo que debemos optar por la primera. El motivo que me lleva a pensar así se fundamenta en que cualquier salida de la crisis viene acompañada por una situación de incertidumbre. Ante ella, y como siempre ha ocurrido, los que tienen que contratar se encuentran a la expectativa de qué es lo que va a ocurrir en el futuro.

Por tanto, la evolución que muestren los contratos a medio plazo será la señal que mejor nos pueda indicar en qué medida la mejora que se está experimentando tiene carácter coyuntural o, por el contrario, ha venido para quedarse. El actual puede ser considerado como el momento de la cantidad en el mercado laboral; la prueba de fuego vendrá dada cuando el interés vire hacia la calidad del empleo generado en los períodos previos. Para ello queda esperar un tiempo no inferior a un año cuando los empleadores estén en condiciones de valorar sus expectativas económicas. Ese será el momento crucial en el que comprobemos si las incertidumbres han sido disipadas.

Así pues, debemos valorar positivamente el ciclo positivo del mercado laboral sabiendo que se le avecina una batalla final por librar. Esta se dará cuando sea posible transformar el empleo generado (fundamentalmente provisional) en puestos de trabajo estables y, por tanto, de mayor calidad. Ahí será el momento de poder valorar las consecuencias de iniciativas tales como la reforma laboral, el propio compromiso empresarial y, de manera muy especial, los resultados del Acuerdo para el Empleo y la Negociación. En definitiva, ese será el momento de realizar para el mercado laboral, la «prueba del algodón».