Las ayudas a la compra de coche, de despedida

Manoli Sío Dopeso
m. s. dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CÉSAR TOIMIL

Agotada la séptima edición, la última remesa llegará en mayo con 200 millones

11 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando termine esta legislatura, el próximo otoño, el Gobierno habrá gastado 1.278 millones de euros entre todas las ediciones de los planes de ayuda a la compra de vehículos nuevos: PIVE (turismos), PIMA (furgonetas) y MOVELE (eléctricos). De esta suma, casi 1.000 millones incentivaron la compra de 800.000 coches en las siete ediciones del PIVE.

La remesa de 175 millones del plan actual agotó ayer existencias tras bonificar más de 30.000 compras (dato provisional). ¿Qué pasará a partir de ahora?

El Ministerio de Industria ya ha adelantado que aprobará en las próximas semanas la octava edición que, a modo de generosa despedida, podría tener una dotación incluso superior a los 200 millones de euros.

Después de analizar el impacto de las anteriores partidas, el Gobierno ha llegado a la conclusión de que las ayudas, en realidad, no revierten en la industria española de automoción, porque dos tercios de los vehículos comprados por los españoles son productos importados.

Fabricantes, concesionarios y distribuidores están tratando de convencer al Ministerio de Industria de la necesidad de seguir animando el mercado y, como principal argumento, echan mano de los ingresos que está generando para el Estado el incremento de las matriculaciones por la vía fiscal, ya que se trata de ayudas que tributan y que obligan al beneficiario a hacer la declaración de la renta.

El sector presiona

Según las cuentas de Anfac, la patronal de los fabricantes españoles de coches, por cada euro que el Ministerio de Hacienda invierte en los planes de ayuda al sector recupera tres a través de impuestos. Estiman que el Estado ingresó el pasado año un total de 3.123 millones de euros por la vía de impuestos relacionados con la venta de vehículos, una suma un 18 % más elevada que la del 2013 y que, según las previsiones, en el 2015 llegará a los 3.500 millones.

Son sus cifras, no las del Gobierno, que evita pronunciarse sobre la continuidad del PIVE más allá de la octava edición y, cuando dice algo, lo hace para allanar el terreno a su más que posible desaparición. El propio secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, afirmó no hace mucho que «esta política de estímulo tuvo sentido en un momentos de debilidad, cuando el mercado estaba muy deprimido».