La dimisión en diferido de Méndez

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

El líder de UGT adelanta un año su salida, pero no se irá hasta el 2016

25 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Si nada tuerce antes sus planes, Cándido Méndez, el líder de UGT durante los últimos 20 años, dejará la secretaría general del sindicato en el 2016, un año antes de lo previsto. De este modo se suma a la moda de las despedidas en diferido, a la que en los últimos meses se han apuntado, entre otros, los presidentes de la patronal madrileña y de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Arturo Fernández y Jesús Terciado, respectivamente.

Aunque ayer no quiso confirmarlo abiertamente, más allá de declarar que en su actual puesto tiene «más presente que futuro y más pasado que presente», Méndez tiene previsto proponer hoy al Consejo Confederal y al Comité Confederal de su organización adelantar el próximo Congreso Confederal -el número 42- al 2016. Además, como ya había dejado caer en su última reelección, en abril del pasado año, no volverá a concurrir porque se impone un «cambio generacional» en el que ya están trabajando.

El calendario de congresos en UGT está fijado cada cuatro años, salvo casos excepcionales en los que se ha adelantado por coincidir con elecciones sindicales en las empresas. Por ello, y dado que la última reelección del aún secretario general tuvo lugar en abril del 2013 (obtuvo el apoyo del 86,3 % de los delegados y ningún voto en contra, pese a que no alcanzó el nivel de respaldo de cuatro años antes, cuando consiguió el 93 %), la próxima cita se esperaba para el 2017.

El desgaste de los escándalos

Pero todo apunta ahora a que Méndez lo convocará con un año de anticipación y así lo propondrá hoy a los órganos correspondientes: el comité federal, máximo órgano entre congresos, y el consejo confederal, órgano consultivo integrado por los secretarios generales de uniones territoriales y federaciones, así como por los miembros de la ejecutiva.

La presión en torno al líder sindical no ha dejado de crecer en los últimos tiempos en forma de escándalos, pese a que él aseguró ayer que en «en absoluto» está recibiendo presiones internas. Pero lo cierto es que al mega caso de los ERE en Andalucía se han sumado en un corto espacio de tiempo otros que intensifican su desgaste al frente del sindicato, como el referido al dinero oculto al fisco -y posterior regularización- del histórico dirigente asturiano José Ángel Fernández Villa, que encarnó el poder prácticamente absoluto en el SOMA-FIA-UGT, sin olvidar las más que incómodas «salpicaduras» del uso de tarjetas opacas en Caja Madrid por parte de miembros del sindicato.

Camino a la «refundación»

Así las cosas, y como está ocurriendo con el escenario político, la sucesión de escándalos y los años de inmovilismo en la foto de las ejecutivas imponen «una refundación», un giro de timón para evitar la debacle. En ello dice estar ya trabajando el líder de UGT, con la intención de recomponer el sindicato y propiciar el relevo generacional.

Porque Cándido Méndez (Badajoz, 1952) no es ya una joven promesa. Lleva al frente del sindicato desde 1994, año en el que tomó el testigo de manos de otro histórico: Nicolás Redondo.

En abril del año siguiente, en un congreso extraordinario, fue confirmado en el cargo, cerrándose con ello la crisis que abrió la dimisión de tres integrantes de la ejecutiva. Desde entonces, el extremeño se ha revalidado al frente de UGT.

En el último congreso confederal se aprobó poner límite al número de mandatos de los secretarios generales, fijándolo en tres. Cándido Méndez habrá estado al frente de la organización el doble de esa cifra cuando expire su última etapa como máximo dirigente de la central.