Greenpeace, en su nuevo panfleto, vuelve a jugar con los datos y a manipular los hechos. Pretende confundir a los ciudadanos, haciéndoles creer que todo lo que no sea artesanal es destructivo e intenta crear artificialmente un enfrentamiento entre buques pequeños y grandes. Los pescadores somos conscientes de la necesidad de proteger las especies, pero al mismo tiempo queremos seguir generando riqueza y empleo. La oenegé ataca a cinco barcos españoles, tres atuneros vascos y dos arrastreros congeladores gallegos. Estos últimos, por aludir al caso más próximo, están regulados por sus organizaciones regionales de pesca y sometidos a las más estrictas normas de gestión y control. Las poblaciones que capturan están en buen estado y ascendiendo. En España, de las 952.000 toneladas que capturamos al año, apenas 150.000 provienen de la flota artesanal. Solo con esta sería imposible alimentar a nuestra población, el pescado sería carísimo y miles de puestos de trabajo desaparecerían.
Javier Garat es secretario general de Cepesca