Cuando buena parte de los bienes y servicios con alta factura fiscal (luz, peajes, carburantes, bebidas, tabacos, transporte...) amenazan con poner al día sus precios para el 2014, es oportuno recapitular sobre cuáles han sido los productos que más se han encarecido en los 11 meses del 2013 y los que menos. Los precios apenas han crecido en su conjunto en España este año dos décimas, la tercera parte de lo que han subido en la UE. Este milagro se debe a un desplome de los salarios (caen dos décimas) y de la demanda interna. Pero en este milagro hay héroes y villanos. Productos y servicios que, con una fuerte competencia interna, han reducido precios para poder mantener cuota de mercado y otros que se han podido permitir lo contrario. Entre los primeros destacan las comunicaciones (telefonía móvil o acceso a Internet), cuyos precios han caído un 6 %; los huevos o el azúcar, que caen un 3 %, o el textil, un 2 %. Los bienes industriales en general reducen precios y, sobre todo, las manufacturas duraderas. Sus mercados tiene fuerte competencia y sus ajustes salariales se transmiten a los precios. Ganan competitividad en costes.
Pero existen otros productos y servicios en los que la ausencia de competencia en sus mercados o la fuerte carga fiscal que se repercute en ellos explican su encarecimiento para unos bolsillos menguantes (de pensionistas, asalariados o empleados públicos). Las bebidas y el tabaco encabezan la lista inflacionaria con un 6 %; siguen aceites, leche o frutas, con un 5 %, el transporte urbano e interurbano con 4 puntos, o los servicios médicos y la educación superior, con más de un 2 %.