El FMI y España: morir de éxito

ECONOMÍA

10 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo primero que llama la atención de las estimaciones del FMI es que las economías que no siguen los consejos del organismo para salir de la crisis tengan mejores previsiones de crecimiento que la eurozona. EE.?UU. (con un incremento esperado del PIB del 2,6 %) y el Reino Unido (1,9 %) se sitúan muy por encima del club del euro (1 %).

Algo podría tener que ver en todo ello la política de devaluación externa que aquellos países practican con su moneda (dólar y libra) así como el hecho de que sus bancos centrales impidan que su prima de riesgo se encarezca. Y, también que el déficit público previsto duplique o triplique la media de la eurozona. Por unas u otras vías, aquellas economías seguirían cavando su tumba, pero nosotros moriríamos de éxito.

Sin duda, una de las más aventajadas en el éxito de las recetas de la troika (de la que el FMI forma parte) sería España. El Fondo reconoce que cumpliremos el objetivo de déficit del 2014, pero, a cambio, nos dice que seguiremos prácticamente estancados. Y la culpa no la tienen unas exportaciones que se seguirán comportando positivamente, sino la caída de la demanda interna. Por un lado, el descenso del consumo público, que se sitúa siete veces por encima de la caída media de la eurozona y, por otro, la del consumo, que contrasta con las cifras positivas de la eurozona, y de cifras de crecimiento de dos puntos en EE. UU. o en el Reino Unido. El nivel del desempleo, la prolongación en la destrucción de empleo y la caída de los salarios (nominales y reales) son los que marcan la diferencia de España como alumno aventajado de la troika. En nuestro éxito de cumplidores encontramos nuestro peor resultado.

En el furgón de cola

Según el FMI, España crecerá en el 2014 apenas dos décimas. Mucho mejor lo harán Grecia (pasa de una recesión más intensa en el 2013 a crecer el triple que nosotros en el 2014) y Portugal (crecerá cuatro veces más). No digamos Irlanda. Estamos ejecutando con tanto afán y esmero nuestra devaluación interna que ya estamos en el furgón de cola en la salida de la recesión. Perseveremos.