El segundo objetivo es conseguir atraer la inversión privada a través de una mejora de los servicios ofrecidos y el anzuelo de la cofinanciación pública. Para ello, la Unión Europea echará mano de los fondos de programas como Connecting Europe. Pero su gestión deberá ser «más transparente». Por esa razón, Kallas anunció que se pondrá en marcha un reglamento que obligue a las autoridades portuarias a hacer públicos todos los procesos de selección de los proveedores de servicios: «Todos los operadores deben poder concurrir en igualdad de condiciones».
El tercer fin es generar crecimiento. La Comisión asegura que liberalizando los sectores se podría rebajar en un 7 % los costes, se aumentaría el tráfico marítimo, y podrían «generarse 110.000 empleos hasta el 2030».