Las iniciativas repuntan tras tres años de bajada pero apenas innovan ni venden fuera
19 dic 2012 . Actualizado a las 11:57 h.Los recortes del sector público y el cierre de empresas empiezan a mudar las inquietudes de los jóvenes en plena crisis. Por primera vez en tres años, el índice de actividad emprendedora, que mide el porcentaje de población de entre 18 y 64 años involucrada en nuevas iniciativas empresariales con menos de 42 meses, creció en Galicia un 4,74 % durante el 2011, según datos del Proxecto Gem (Global Enterpreneurship Monitor), un observatorio internacional de referencia que engloba a 55 países, y del que Galicia forma parte desde hace siete años por las aportaciones de la propia patronal (CEG) y del Igape. Sin embargo, del estudio se desprenden otros datos que invitan a una profunda reflexión.
¿Un buen dato?
En el furgón de cola. El repunte de la actividad emprendedora en Galicia es muy inferior al del 2007 (7,64 %), antes de comenzar la crisis, y se halla por debajo del índice registrado en el conjunto de España (5,84 %). La tendencia apreciada por el observatorio muestra un punto de inflexión en plena recesión, pero gran parte de las iniciativas se orientan a servicios al consumo, en franco retroceso con la crisis y el galopante ascenso del paro. Han descendido, en cambio, los proyectos que proporcionan servicios a empresas, precisamente por la destrucción de tejido empresarial, acelerado en los dos últimos años.
Males endémicos
Poca innovación y salida al exterior. Gran parte de las micropymes ya consolidadas tienen como males estructurales su presencia en mercados eminentemente locales y gran déficit en innovación y tecnología. Gran parte de los nuevos negocios reproducen este esquema.
Según los datos del informe hecho público ayer, de las iniciativas emprendedoras ya consolidadas, el 70 % no innova ni en producto ni en servicio y el 82 % no prevé vender sus productos en países extranjeros. Como dato positivo destaca el incremento de las iniciativas nacientes que sí optan por esta vía para ganar competitividad en los mercados, aunque sigan siendo una pequeña minoría.
Las amenazas
Grifo del crédito cerrado. Los datos hechos públicos ayer en la CEG están muy condicionados por un muy mal entorno para emprender. Unas barreras que los nuevos empresarios sitúan en la banca, que ha cerrado el grifo del crédito, y en las administraciones, por los trámites, las leyes y la fiscalidad. El propio Antonio Fontenla puntualizó ayer que la escasez de préstamos supone el principal freno y no dudó en referirse al insuficiente apoyo de las administraciones.
El perfil
Un hombre no universitario. Aunque cada vez se incorporan más mujeres, la mayoría de las iniciativas emprendedoras las promueven hombres, con edades comprendidas entre los 24 y 44 años, y que no poseen estudios universitarios. Al igual que en España, el mayor porcentaje de los nuevos empresarios tienen unas rentas que oscilan entre los 10.000 y 30.000 euros. Y el estudio divulgado por la CEG hace referencia a otro efecto derivado de la crisis. Cada vez es mayor el número de desempleados que, ante la imposibilidad de ocuparse por cuenta ajena, se decantan por poner en marcha su propio negocio. De hecho, muchas de las iniciativas nacen con la vocación de autoempleo, opción que no suele vincularse a la consolidación de una empresa.
La comparativa
Muy lejos de Europa. Aunque en relación a España no suelen apreciarse diferencias significativas, no ocurre lo mismo con el resto del continente europeo, como así señala el informe. El documento apunta que Galicia presenta una de las tasas de aversión al riesgo más altas de la UE. Y revela que el porcentaje de individuos que perciben oportunidades para emprender es muy inferior. Apenas logra el 35 %, incluso en aquellos años en los que ha habido una mayor expansión económica. Otra desventaja que se detecta en el informe es el bajo porcentaje de capital social.