El año que se nos avecina

Arturo Blanco

ECONOMÍA

Perspectivas de los mercados para 2012

28 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El año 2011 será recordado como el año de la crisis de deuda en Europa. Y todo parece apuntar a que esta será también el principal factor director de los mercados en el 2012. Su resolución pasa por la combinación de financiación de emergencia para bancos y países con problemas de acceso al mercado, mayor integración política y económica, y programas de ajuste fiscal y reformas estructurales creíbles. Todo ello, conjugado con una política de expansión monetaria que intente paliar las restricciones del crédito.

De cómo se resuelva la crisis de deuda dependerá la evolución económica en Europa, donde a priori los analistas de Deutsche Bank esperan una caída del PIB de la zona euro del 0,5 % en el 2012. En el lado positivo, EE.?UU. y los países emergentes seguirán siendo los motores de crecimiento mundial, aunque no sin riesgos. Para Estados Unidos, el principal riesgo sería el contagio de la crisis de deuda europea; no olvidemos que el pasado agosto el país llegó a un acuerdo in extremis para aumentar su límite de endeudamiento. En conjunto, esperamos un crecimiento mundial del 3,5?% en el 2012.

El otro gran tema del 2012 será político. Cuanto más profunda sea la recesión en Europa, más difícil será tomar medidas de ajuste en los países vulnerables (Grecia e Italia siguen siendo los centros de incertidumbre), y mayor la reticencia de los Estados sólidos a proveer financiación.

Fondo más positivo

El año 2012 ha empezado con un fondo algo más positivo en los mercados, gracias en gran parte al éxito de la subasta extraordinaria de liquidez a tres años realizada por el BCE a finales de diciembre. No obstante, sigue habiendo mucha volatilidad. En el primer trimestre se concentran importantes retos, como el canje de deuda en Grecia, las elecciones generales en este país, y grandes vencimientos de deuda soberana y bancaria. Estos factores pueden seguir generando inestabilidad.

Pero ¿cómo debe moverse el inversor particular en este entorno volátil y, casi diría, hostil? Antes de entrar a explicar nuestra visión, lo más importante para el inversor es mantener una adecuada higiene inversora: organizar una cartera diversificada, adaptada al perfil de riesgo y a su previsión de necesidades futuras.

Dicho esto, seguimos manteniendo un bajo peso de la renta variable en las carteras, con Estados Unidos y la zona asiática como favoritos. En renta fija, la tensión sobre la deuda de países periféricos puede mantenerse a corto plazo. No obstante, si el BCE incrementa sus compras de deuda, podríamos ver una recuperación, en detrimento de los bonos refugio alemanes o de Estados Unidos. Este mayor optimismo debería reflejarse también en los bonos corporativos y emergentes, muy contagiados hasta el momento también por la crisis de deuda. Además de atractivas rentabilidades, estos bonos pueden ofrecer ganancias en precios si los spread de crédito se normalizan en línea con la mayor estabilidad europea; eso sí, en este caso, una buena diversificación es fundamental.