El sindicato mayoritario de Portugal convoca una huelga general para el 24 de noviembre

La Voz LISBOA/EFE.

ECONOMÍA

El objetivo de la CGTP es frenar las medidas de ajuste anunciadas por Sócrates

02 oct 2010 . Actualizado a las 02:42 h.

El mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (el CGTP, de orientación comunista) decidió ayer convocar una huelga general el 24 de noviembre en contra de las medidas de ajuste económico del Gobierno socialista de José Sócrates. Tras una asamblea que aprobó el paro, el secretario general de la CGTP, Manuel Carvalho da Silva, declaró que van a dialogar con el otro gran sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista) para que se sume a la protesta.

Carvalho da Silva subrayó que la huelga pretende forzar al Gobierno portugués -que el miércoles anunció un severo plan de austeridad- a cambiar de rumbo y tomar medidas contra el desempleo y los problemas sociales de Portugal, un país que vive su peor crisis económica en sus tres décadas de democracia.

La huelga del 24 de noviembre será la sexta que convoca la central sindical comunista desde 1982 y la segunda que organiza esta durante la actual Administración de Sócrates. El primer paro general del primer ministro tuvo lugar en mayo del 2007 como protesta por la reforma del Código de Trabajo luso.

Los sindicatos portugueses ya organizaron el pasado miércoles, horas antes de que Sócrates anunciara el refuerzo de las medidas de austeridad, dos manifestaciones en Oporto y Lisboa en las que participaron varias decenas de miles de personas.

Las medidas fueron anunciadas por Sócrates el pasado jueves durante un debate en el Parlamento portugués. Este plan había sido reclamadas por Bruselas (al igual que le ocurrió a España) para reducir el déficit fiscal luso y tranquilizar a los mercados. Portugal ya presentó en marzo a la UE un refuerzo del Plan de Estabilidad y Crecimiento, por lo que los nuevos recortes son, más que un plan, un refuerzo a este primer programa.

A la austeridad en el sector público y los aumentos de impuestos aprobados se suma otra subida del IVA (del 21 al 23%), una rebaja del 10% del salario de los funcionarios, la congelación de pensiones, más recortes en las partidas del gasto y la inversión estatal y un aumento de la presión impositiva que afectarán sobre todo a los Presupuestos del Estado del 2011.

El primer ministro luso reconoció que se trata de medidas «duras y exigentes» a la vez que las consideró imprescindibles para cumplir el objetivo de reducir el déficit público (actualmente en un 9,3%).

El ajuste económico ha sido también rechazado por todas las fuerzas de la oposición lusa en un Parlamento integrado por dos organizaciones marxistas y otras dos conservadoras. Sin embargo, a pesar de que el Ejecutivo está en minoría parlamentaria confía en que su programa económico supere el trámite de la Asamblea Legislativa gracias al apoyo tácito del principal partido de oposición, el Social Demócrata.

Por su parte, desde la línea sindical Carvalho da Silva consideró que esas medidas van a «ahondar» la crisis que sufre Portugal y llevar al país a una situación aún mas precaria a los ciudadanos del Estado luso.

«Muchos portugueses ya están en condiciones inferiores al nivel mínimo de vida», se quejó Carvalho. El presidente del mayor sindicato portugués espera contribuir con la huelga a una gran movilización de toda la sociedad que obligue al Ejecutivo a adoptar una política económica con objetivos más sociales.

«Hay muchas formas de equilibrar las cuentas públicas. Si no hay crecimiento y empleo la situación del país seguirá empeorando», pronosticó mientras criticaba que el programa económico de Gobierno solo facilitará que se paguen salarios aún más bajos.

CGTP

El sindicato comunista, que esta semana celebra su 40 aniversario, agrupa a más de 700.000 afiliados, los cuales se sumaron mayoritariamente a las dos huelgas generales organizadas por su central en 1982 y a las que siguieron en 1988, 2002 y 2007. Todas esas protestas fueron convocadas contra las reformas de la legislación laboral portuguesa -considerada una de las más protectoras de Europa-, y la política económica de los Gobiernos de entonces, socialistas y del PSD.