El club de los poderosos

Isabel F. Barbadillo / Colpisa

ECONOMÍA

Sitges acoge una reunión del club Bilderberg, al que se le atribuye el poder de manejar los hilos del mundo.

04 jun 2010 . Actualizado a las 11:20 h.

Dicen que ponen y deponen a presidentes, montan guerras para vender armas, manejan los hilos de las finanzas y trazan las grandes y turbulentas líneas de la economía mundial. Dicen también que blanquean el dinero negro del narcotráfico y que expolian los recursos de los países subdesarrollados. Nadie sabe cuánto hay de verdad o de ficción en estas teorías. Lo cierto es que un selecto grupo de personas integran el influyente club Bilderberg, que traslada a las más importantes organizaciones mundiales (OTAN, ONU, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial) sus aspiraciones económicas y energéticas y sus estrategias militares. Desde allí se remiten en forma de consignas y tirones de orejas a los gobiernos de EE. UU., Canadá y de todos los países de la Unión Europea representados en el club.

Banqueros, monarcas, jefes de Estado, presidentes de Gobierno, hombres ricos y personalidades con poder integran el grupo que ha elegido la singular y pintoresca localidad de Sitges (Barcelona) para su reunión anual. Si habláramos de conspiraciones, la cuna del cine de terror y paraíso gay del Mediterráneo podría convertirse en el escenario perfecto para filmar un trozo de la historia global venidera. Porque dicen, además, que lo que en ese foro se cuece, luego sucede.

¿Videntes, artesanos del futuro, manipuladores, gobierno mundial en la sombra?, lo que sea, pero no locos.

En el lujoso y apartado hotel Dolce de Sitges hay una sala con sillas marcadas por letras del abecedario. La 'S' está reservada a Doña Sofía, Reina de España, aunque la letra no corresponde a la inicial de Sofía, sino a la de Spain. La Reina, si asiste, no saludará en Sitges ni a José Luis Rodríguez Zapatero ni a Elena Salgado, que declinaron la invitación del club. Otros invitados son Bernardino León, secretario general de la Presidencia del Gobierno; el ex ministro de Economia Pedro Solbes, el consejero delegado del grupo Prisa, Juan Luis Cebrián; el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, y algún alto cargo del Banco Santander.

Habitual en las reuniones ha sido Javier Solana cuando desempeñaba el cargo de alto representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE.

Se da por cierta la presencia de la reina Beatriz de Holanda, del presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet y del ex secretario de Defensa de EE. UU, Donald Rumsfeld. También forman parte del club aunque, por su avanzada edad no se cree que estén en Sitges, el veterano político norteamericano Henry Kissinger (87) o el magnate y banquero David Rockefeller (95). En contra de lo esperado, tampoco estará el matrimonio Gates, con problemas para volar a Barcelona.

Seguridad extrema

El carácter secreto de la cita impide comprobar la identidad de los inquilinos del hotel de cinco estrellas situado en la urbanización Can Girona de Sitges, donde tan altas personalidades se alojarán hasta el domingo. Las medidas de seguridad son extremas. Cientos de agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Civil vigilan la zona y los accesos con apoyo de helicópteros. Los vecinos de la urbanización exhiben su DNI a cada movimiento y los periodistas y activistas no pueden acercarse al perímetro de seguridad.

Los militantes de la antiglobalización han montado sus tiendas de campaña en los aledaños para protestar por lo que consideran un gobierno en la sombra. 'Bilderberg, gobierno mundial oculto' es el eslogan que airearán este fin de semana por Barcelona. Entre quienes critican las 'maniobras' del club Bilderberg se encuentra el periodista y escritor Daniel Estulin, que hace unos días pronunció un discurso en el Parlamento Europeo para denunciar la «manipulación» que ejerce sobre los gobiernos de Norteamérica y de la UE y el estilo dictatorial utilizado para usurpar la soberanía de los Estados, que de forma novelada refleja en su libro 'Conspiración Octopus'.

Igual o más crítica se muestra la periodista sevillana Cristina Martín, autora de 'El club Bilderberg: los amos del mundo', fruto de una investigación que le acarreado «amenazas» a su trabajo y su familia. La periodista sostiene que el gran objetivo del grupo es crear un único aparato de poder que gobierne el mundo, con una única moneda y una sola religión. «Una idea que, de ejecutarse, puede pervertirse. Los derechos humanos desaparecerían de la faz de la tierra», afirma Martín. Está convencida de que el club debatirá en Sitges la necesidad de impulsar «una segunda era nuclear». Y eso, «mientras sancionan a Oriente por desarrollar armas nucleares».

La crisis financiera y económica «que ellos han provocado», tampoco faltará en las discusiones. Martín va más lejos al afirmar que, en esencia, el club va en busca de «una tercera guerra mundial» que favorezca los intereses de los grupos que integran el foro.

Tres monedas

Pilar Urbano, otra estudiosa críticas de Bilderberg, discrepa de Cristina Martin y sostiene que el polémico club representa una de las tres patas que dirigen las relaciones internacionales. «La idea es que en el mundo haya tres monedas: el yen en Asia, el dólar en las dos Américas y el euro en Europa. El club pretende quebrar el Estado nación y uniformar a los ciudadanos, en la forma de pensar, vestir o actuar» sostiene Urbano.

Doña Sofía no sólo es miembro de Bilderberg, sino que pertenece al comité de dirección compuesto por 35 integrantes, órgano exclusivo informado de las estrategias del grupo. Otro órgano más restrictivo y privilegiado encabeza el organigrama, el Advisory Committe (Comité Consultivo), compuesto por una docena de personas que son las únicas que conocen todos los entresijos, los programas y objetivos marcados, además de tener la facultad de fijar el orden del día de las sesiones, que desconocen el resto. La reina, habitual del foro, no se perdió la sesión del pasado año en Atenas, su país natal.

Su pasión por el club quedó patente en las declaraciones incluidas en el libro de Pilar Urbano 'La reina', en las que Doña Sofía confiesa que son unas reuniones «apasionantes». «A lo largo de los años, vas conociendo gente muy diversa, bien informada, bien relacionada, cada una con un bagaje formidable en su terreno, en su área, o en su país. Allí se juntan personas de muchos mundos: política, finanzas, energía, defensa, comunicaciones, investigación científica...¡Se aprende tanto!».

Justifica la Reina el carácter secreto de las reuniones, que carecen de actas, prohíben entrar a los medios de comunicación y no divulgan las conclusiones en la necesidad de que «cada uno pueda decir con libertad lo que piensa, lo que en un debate le viene a la cabeza, y que eso no se difunda», lo que a su juicio, «no significa que estemos conspirando. ¡Nada de conjuras! Allí nadie es reina ni canciller ni presidente de un gobierno o chairman de una multinacional...Allí no hay rangos. Se dejan, no ya en la habitación del hotel, sino en el aeropuerto de tu país de origen.

Ni nadie va con su cónyuge ni con sus secretarios...»

Pilar Urbano, conocedora del club y sorprendida por la expectación que en España ha causado la elitista reunión, constata estas afirmaciones con un punto de ironía. «Nadie es nadie, pero todo el mundo es quien es. Nadie lleva corona ni corbata. No hace falta, lo único que importa es lo que se debate y quién lo debate» dice la periodista y escritora, que se une a las voces críticas contra la manera de proceder «antidemocrática» de esta organización.