Las dependientas cierran las tiendas

La Voz

ECONOMÍA

29 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Chicas de poco más de veinte años. Ellas, jóvenes empleadas de grandes cadenas que cobran una media de 800 euros al mes por trabajar cuarenta horas semanales, formaban ayer el grueso de los piquetes que recorrieron las calles de A Coruña, Ferrol y Santiago para obligar a cerrar al comercio. Las acompañaban algunos compañeros, los menos, y representantes de las tres centrales sindicales, UGT, CC.??OO. y la CIG, que convocaron la huelga en la provincia de A Coruña para protestar por la paralización de la negociación del convenio colectivo del sector. La media de seguimiento de la protesta fue del 88%, según los agentes sociales, aunque muchos comerciantes aseguran que cerraron únicamente a medida que avanzaba el piquete.

Incidentes en A Coruña

A Coruña fue quizá la ciudad que registró un mayor número de incidentes. La mañana transcurrió tranquila. Solo algún que otro empujón entre manifestantes y policías en la calle Barcelona, una de las que acogen mayor número de comercios. El principal problema se registró por la tarde, cuando el piquete trató de entrar en El Corte Inglés a través del pasadizo que une el centro comercial con el vecino Cuatro Caminos. Los guardias de Prosegur que protegían la entrada se enfrentaron a los manifestantes. Tres piquetes, según la CIG, recibieron varios golpes, por lo que estaban estudiando denunciarlo ante la policía.

En Ferrol no hubo incidentes significativos, a excepción del traslado de uno de los delegados sindicales de CC.??OO., José Luis Martínez Balsa, hasta la comisaría después de unos enfrentamientos verbales con una dirigente de la asociación de comerciantes de la zona centro. Al negarse el sindicalista a entregar la documentación a los agentes, fue voluntariamente trasladado a las dependencias policiales, de donde salió media hora después tras prestar declaración.

Enfrentamientos verbales

Por la tarde, los piquetes recorrieron de nuevo la zona de A Gándara -en donde se ubica el centro comercial Odeón y otras grandes superficies- y la zona centro, en donde volvieron a registrarse enfrentamientos verbales entre comerciantes y trabajadores del sector.

En Santiago, los piquetes recorrieron las calles del Ensanche y del casco histórico escoltados por unos quince policías. Su presencia aplacó los ánimos de los manifestantes. Las grandes cadenas tenían el cerrojo echado y algunas tiendas pequeñas iban haciendo caso al llamamiento al paso de los huelguistas para abrir después de su marcha. Algunos de los participantes en las protestas realizaron pintadas, hecho que fue denunciado por algún propietario al tratarse de inmuebles históricos. Ya por la tarde, los piquetes acudieron al centro comercial de Área Central, donde interrumpieron las actividades programadas. Allí, por la mañana, en las tiendas pequeñas hubo actividad.