FERNANDO R. OJEA. CRÓNICAS DE LA ECONOMÍA Dentro de dos semanas las asambleas de Caixavigo e Ourense y Caixa de Pontevedra pisarán el acelerador tras quince meses de relativa interinidad para formalizar su definitiva fusión jurídica. Mientras, su colega Caixa Galicia acuerda la mayor compra de oficinas bancarias de su historia, con cerca de 60 agencias de BNP, aunque quedan los peliagudos «flecos». En medio de esta «calma chicha», el frente político puede traer «movida», ya que Rodrigo Rato quiere negociar con las autonomías algunos aspectos de sus leyes sobre cajas.
21 may 2000 . Actualizado a las 07:00 h.La incorporación de Caixa de Pontevedra a Caixavigo e Ourense un año más tarde hizo que decisiones tan sensibles como el nombre de la entidad o la formulación de duplicidades en la red queden para ahora. El día 8, los órganos certificarán la unión jurídica y activarán la fase final, de la que ha de salir la caja integrada y moderna que se concibió con la fusión. La jubilación de Carlos Velasco, a suvez, traerá consigo el ascenso de Luis Carrera a director general adjunto ejecutivo, a las órdenes del líder carismático de la institución, Julio Fernández Gayoso.Y mientras cajas como ésta apuestan por la vocación empresarial y financiera, otras funcionan como instrumentos de la acción política. Recientemente recordábamos los casos de Cajastur y Caja Cantabria. Pues bien, un préstamo de esta última a Sniace en 1997, por 1.300 millones, estuvo a punto de causar un expediente de la Comisión Europea por concesión irregular de ayudas públicas.La acción del comisario Mario Monti no prosperó, para alivio general de las cajas, pero es uno de los motivos de que Rodrigo Rato quiera modificar la ley de órganos rectores para impedir que haya cajas en manos de organismos públicos. El asunto, que se negociará con las autonomías, afectaría a Galicia si, como parece, el ministerio también busca acotar la capacidad supervisora sobre la obra social, porque en este aspecto el conselleiro Orza ha establecido una de las leyes más activas, junto a la catalana.