Los trabajos, que buscan frenar su deterioro, terminarán en un mes
29 abr 2012 . Actualizado a las 07:07 h.Carboeiro y Ansemil (Silleda), Camanzo (Cruces), Aciveiro (Forcarei) y San Pedro de Vilanova (Dozón). Las paredes de estos cinco centros religiosos que en algún momento albergaron monasterios comparten diez siglos, algunos incluso más, asentados en la zona. Con trayectorias en ocasiones comunes o que llegaron a entrecruzarse, ahora, su situación en cuanto a conservación y futuro es muy dispar. Carboeiro y Aciveiro se alejan de su uso original y se orientan a fines turísticos y culturales; Camanzo, manteniendo el culto en el templo, aún tiene pendiente de definir el futuro del resto de dependencias del cenobio; y San Pedro de Vilanova y Ansemil, solo mantienen las iglesias monasteriales.
Estos conjuntos monacales no son tampoco ajenos a los problemas en cuanto a conservación que encuentra buena parte del patrimonio eclesiástico de la zona. Pinturas murales que se deterioran en iglesias a la espera de actuaciones, retablos que languidecen, vegetación que invade los muros deteriorándolos... están al orden del día. Las obras en marcha en Camanzo ponen freno a esta situación y suponen la restauración del tercer conjunto monacal de la zona. Aciveiro ya se ha convertido en hospedería y Carboeiro persigue una senda más cultural con su proyecto de musealización, aún pendiente de recursos.
Los trabajos en Camanzo se centran en la iglesia, pero inciden también en la sala capitular y a la sacristía. En el tempo ya se había actuado en 1993, dotándola de una cubierta, pero presentaba filtraciones que deterioraban el monumento debido a malas resoluciones en los encuentros. El estudio de arquitectura Arrokabe, que dirige la actuación, indica que la actuación busca preservar el monumento.
Además de la cubierta, los trabajos incluyen limpieza de la cantería, recintados y pintados. Incluso se pintan las piezas de madera que sostienen las campanas y sus herrajes. También se acondiciona el acceso al campanario, además de mejoras en la carpintería. Estos trabajos ya han entrado en su recta final. La cubierta está prácticamente concluida, que era el grueso de la obra. Los cálculos desde la dirección de obra es que esta fase de actuación en el monasterio cruceño concluya en un mes.
El claustro, sin actuaciones
Entre andamiajes, el claustro del cenobio aún deja entrever su pasado. Las dependencias que en su momento sirvieron de residencia a las monjas de clausura conforman dos de los laterales junto a la sala capitular, ahora convertido en un improvisado almacén. Conviven con elementos muy posteriores que muestran las diferentes fases por las que pasó el conjunto. El anterior párroco, fallecido hace un par de años, aún fijaba en estas dependencias su residencia. Hay testigo de excepción: una cepa que calculan tiene más de tres siglos. Le toca seguir aguardando por el resurgir del claustro que cubre.
Coste de las obras que se llevan a cabo actualmente en el cenobio de Camanzo.
121
Mil euros las obras