Donde empieza el Cocido de Lalín

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca LALÍN / LA VOZ

LALÍN

rober amado

Donsión recreó una matanza a la antigua usanza del animal que está en la base del emblemático plato

11 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Lalín celebrará el domingo 24 la Feira do Cocido, una cita gastronómica imprescindible desde hace medio siglo. El municipio presume de las mejores preparaciones del emblemático plato gallego. En buena medida, por las magníficas materias primas que se encuentran en las tierras dezanas, con unas carnes de cerdo ahumadas para extraer la quintaesencia de su sabor y deleitar a los comensales. Ayer Lalín puso el foco en donde empieza realmente el cocido: en la matanza del cerdo. Pero no en el proceso industrial, sino en la forma tradicional de hacerlo. Y con un ejemplar de 200 kilos criado en Goiás.

Fue en la parroquia de Donsión, en la casa de Amador. Un escenario idóneo, con un día frío pero sin la lluvia que descargó con fuerza durante la noche, y con un sol que dio viveza al amarillo del fuego de carqueixas y paja con que se chamuscó el cerdo, y al rojo de la sangre que manaba del gorrino en el proceso de abrirlo, previo a colgar al animal abierto en canal en una viga. Eran las tareas de ellos. Las mujeres, mientras tanto, comenzaban los preparativos para los chorizos, y se afanaban después en la limpieza de las tripas sobre el carro. Una matanza tradicional convertida en una fiesta, con la música de Os Dezas de Moneixas y rosquillas caseras para el público.

Las cámaras profesionales compartían escenario con quienes tiraban de móvil para retratar escenas comunes en el rural gallego hace dos décadas, pero cada vez más inusuales. En medio de todos, el pintor Carlos Santos ?colombiano afincado en Lalín hace dos años? inmortalizaba el evento a carboncillo: «Es la primera vez que estoy, y pienso que tiene un encanto cultural del que se está perdiendo mucho». Los vecinos de Donsión lucían vestimentas de antaño, ellas con pañuelo y saya negra, ellos con chaleco y boina. También el alcalde, Rafael Cuíña, que valoraba la de Donsión como uno de las matanzas con más público, felicitando a la parroquia por su trabajo. Después, una comida de confraternidad, con postres preparados por la propia vecindad, en una jornada con amplia presencia de concejales que son, algunos que fueron y otros que quieren ser.