Un manto de flores para la venta de Santos en la feria de Lalín

Rocío Perez Ramos
R. Ramos LALÍN / LA VOZ

LALÍN

Cedida

Los productores se quejan del exceso de calor y del retraso de dos semanas en la floración

19 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En Lalín se celebró ayer la llamada Feira das flores, la última antes de las festividades de Todos los Santos y Fieles Difuntos que convierte cada año gran parte de la rúa Rosalía de Castro en una enorme alfombra floral pintada con gran parte de los colores del arco iris. Los precios estaban a cinco euros los tiestos de flores más simples y a ocho euros los de flores dobles junto con alguna oferta de dos plantas a cinco euros. Este tipo de plantas eran las que llenaban la calle junto con algunas otras plantas, en mucha menos cantidad, como azaleas y, orquídeas, en este último caso, a quince euros junto con algunos centros e flores naturales.

El mercado de las flores copó gran parte de la actividad de la jornada ferial. Las ventas, explicaban los viveristas a última hora de la mañana, iban más o menos al mismo ritmo de siempre.

En cuanto a colores todos coinciden en que el blanco es el que más demanda tiene, pero explican que «depende do ano, e da persoa». Aquí la edad también cuenta. A más años, colores más clásicos mientras los más jóvenes se llevan, dicen, «as cores máis raras que hai». Y este año la novedad es alguna flor naranja y granate y otras en colores de un lila rosado y violeta.

El viverista de Enau Flor, de Cuntis, incidía en que este año el calor estresó a las plantas, que exigieron mucho riego y del retraso, que cifra en dos semanas, de la floración. Unos problemas a os se añadió en alguna zona la de una plaga de trips que ataca los tallos.

Las plantas convivieron ayer en la rúa Rosalía con los productos de temporada. Los puestos comenzaron a surtirse de nueces, de avellanas y de castañas, aunque en poca cantidad, junto con los membrillos.

Los productores se quejan también del tiempo y alguno se preguntaba cómo con tanto calor los frutos llevaban un mes de retraso. Es el caso de las castañas. Algún habitual de la feria lalinense explicaba que las castañas que normalmente tenía ya a principios de septiembre estaban aún, en algún caso en el árbol. La jornada estuvo animada y contó con una notable asistencia de público.