La decisión de pedir una entrevista con los máximos responsables del Instituto da Vivenda fue adoptada hace unos días en un encuentro entre el alcalde y un grupo de industriales del municipio, encabezados por los directivos de la asociación local que los representa. A pesar de que el momento económico no es propicio y de la frustración que provoca en el municipio el retraso que acumula el proyecto del polígono, lo cierto es que sigue habiendo firmas interesadas en instalarse allí en cuanto sea posible.
«Non hai ningún proxecto grande pendente -admite el alcalde-, pero si hai xente de Taboada, algúns deles asociados a xente de fóra, que está agardando a que por fin haxa terreo para comprar». Ramiro Moure no quiere facilitar información concreta sobre ninguno de estos proyectos ni las previsiones del empleo que podrían crear. Porque no quiere crear falsas expectativas y porque pesa demasiado el recuerdo de los proyectos que en los últimos años fueron a Monterroso, Monforte y a otros polígonos ante el bloqueo del proyecto de Taboada. Como el centro de formación para conductores de la Autoescuela Emilio, ahora en Monforte; la destilería Auga Vella, construida en Chantada; o el del taller y el área de servicio para camiones y personal de Aira que tenía intención de construir una empresa de Lalín, que no llegó a hacerse.