El entrenador del Agolada resta relevancia al liderato a falta de nueve jornadas
10 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Desde la ilusión y el esfuerzo, sin pagos por el medio, también se alcanza la cima. De lo primero derrocha el Agolada, de lo segundo otros equipos. Los dezanos ostentan por primera vez esta temporada el liderato en la Primera Autonómica. Su victoria del pasado domingo ante el Piloño junto a la derrota del Dumbría en casa del Puebla supusieron esa primera posición en clasificación con 56 puntos. «Agora toca desfrutar ata o final», aseveraba ayer el entrenador, Luis González Pichel, al frente de un proyecto deportivo que eclosionó en esta campaña.
Para González Pichel ser líder no deja de ser una anécdota ya que la plantilla no se diseñó para estar en lo más alto. Más bien al contrario, para salvar cuanto antes la permanencia tras los agobios de la liga 2015-2016. Pero los números no pararon de mejorar. Sirva como ejemplo que ya suman los citados 56 puntos, cuando la pasada temporada llegaron al final con 50. Aunque opta por ser comedido, al técnico dezano le vibra en la voz cierto orgullo por alcanzar el primer puesto a falta solo de un cuarto de liga.
Son nueve jornadas pero de salida les toca enfrentarse con todo un Tourmalet. En las tres próximas visita al Sigüeiro -tercero en la tabla-, Dumbría -segundo- y Puebla -sexto- que clarificarán bastante las opciones de cada uno en la lucha por el ascenso. Pero reiteró en varias ocasiones González Pichel que ese objetivo no figura en la agenda agolense. Recordó los problemas crecientes ante cualquier equipo, como no hace mucho ante el colista Villestro, o el pasado domingo donde sufrieron para doblegar al Piloño con seis ausencias, tres por sanción, dos por lesión y una por motivos laborales. «Tivemos que facer un esforzo tremendo, cambiar o sistema e pelexar moito pola victoria», insistía el técnico dezano.
Ante el Sigüeiro el domingo espera Luis González un partido a cara de perro. Los coruñeses agotan sus últimas opciones de pelear por el ascenso -están ahora a doce puntos del Agolada- y deben ganar prácticamente los 27 puntos aún en disputa para conseguirlo. Pincharon además el pasado domingo al no poder pasar del empate en casa del penúltimo, el Esclavitud, y saldrán con el cuchillo entre los dientes. Y el entrenador agolense recuerda la incorporación de Adrián Beiroa procedente del Estradense, que les aporta gol. Un duelo donde no podrá recuperar a los dos lesionados, a los que se sumará Pacheco por sanción.
Luis González sí consideró un regalo para todos estar en la cúspide y con la permanencia ya asegurada, para afición, directiva, plantilla y el propio técnico. Una ilusión a disfrutar en el día a día, porque mantiene la teoría de que los títulos satisfacen cuando se consiguen o un poco de tiempo más, pero cosechar buenos resultados, estar en la pelea por la cabeza de la clasificación, otorga sensaciones positivas a diario. Y todo ello pese a las dificultades para conjugar los problemas de agenda al planificar los entrenamientos, con futbolistas que estudian fuera, obligaciones profesionales,...
Sorprenden al rival además ya resulta casi imposible, inmersos en la segunda vuelta. En la primera se podía conseguir, explicó González Pichel, pero ahora todos los equipos pelean al máximo con sistemas para neutralizar al rival, con muchos reforzados en busca de cumplir sus objetivos. El Agolada tiene veintidós jugadores en plantilla, pero en realidad son dieciocho ahora, con dos ya fuera por motivos laborales y dos lesionados.
El Agolada además firma unos excelentes números en goles, con 53 conseguidos en veinticinco jornadas; y encajan relativamente poco, con 34, lastrados por los seis primeros partidos donde fueron más de veinte en contra. Lograron además recuperar a jugadores en horas bajas para el fútbol por distintos motivos, como Jemba, Brais o Pablo Currás, mientras Aitor Hurtado repetía con su olfato goleador. Un cúmulo de circunstancias positivas a las que ahora suman ese liderato que todos disfrutan, ojalá que no solo por una jornada y el ascenso se pueda materializar.