Los fuegos artificiales de A Estrada alumbraron la noche compostelana

Rocío García Martínez
Rocío García A ESTRADA

A ESTRADA

El espectáculo pirotécnico con el que se despidieron las fiestas de San Paio se vislumbró desde la capital gallega

29 jun 2023 . Actualizado a las 23:02 h.

Madrugada del miércoles. Una luz parpadeante en el cielo desconcierta a los compostelanos. Agudizando el oído, en las calles menos ruidosas de la ciudad se aprecia el estallido que, con cierto desfase, acompaña a los destellos. No es ni un ovni ni un bombardeo. Suena más bien a fiesta. Y así es. A poco más de veinte kilómetros, A Estrada despide el San Paio con una sesión de fuegos artificiales de 24 minutos en la que el Concello ha invertido 15.000 euros. En el cielo compostelano no se distinguen las formas, pero sí llegan a apreciarse los tonos verde y rojo del despliegue pirotécnico.

La visión de los fuegos a varios kilómetros de distancia es habitual. «A vinte quilómetros é moi habitual se o ceo está claro. Tamén os de Santiago se ven desde A Estrada», confirma Arturo Penide, el patriarca de la empresa pirotécnica que lleva su apellido. «Cando os botamos en Vilagarcía, como está todo máis libre, chéganse a ver desde Boiro ou Ribeira», explica.

«Os fogos da Estrada non son os mellores de Galicia pero son dos bos. Non son uns fogos de aldea, como soe dicirse», comenta Penide.

En el San Paio se han utilizado este año 3.500 candelas —tubos de siete disparos cada uno— y carcasas o cañones. La traca final estuvo compuesta por cerca de 200 disparos. «O final ten que ser sempre intenso. Podes botar unha boa colección, que se ao final non apretas, non queda bo gusto. O final sempre ten que ser potente tanto de luz coma de son», explica Penide.

Los fuegos de fin de fiesta de A Estrada volvieron a congregar este año a miles de personas en torno al barrio de A Cañoteira. El nuevo emplazamiento —que se repite por segundo año consecutivo— convence a la organización y al público. El tradicional de A Baiuca se había descartado por la construcción en la zona del nuevo centro médico y la escuela infantil y por el inconveniente que suponía tener que cortar al tráfico la carretera N-640. El lanzamiento desde la prolongación de Antón Losada también se volvió inviable por la falta de acuerdo para la cesión de la finca donde se instalaban los artefactos pirotécnicos. No obstante, la alternativa de A Cañoteira —donde los fuegos se pueden ver desde la calle 25 de Xullo— ha gustado, igual que la práctica instaurada el año pasado de apagar el alumbrado público durante los fuegos para disfrutar del espectáculo en todo su esplendor.