Los Capóns das Quintas vuelan por Navidad

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

Miguel Souto

Los animales se crían sin prisas y se alimentan exclusivamente de productos de la huerta de casa

23 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El estrés no le sienta bien ni a los pollos. Por eso en As Quintas, en la parroquia de Codeseda (A Estrada), se toman su tiempo para engordar los capones que estas Navidades han lanzado por primera vez al mercado. «Buscamos un produto especial, único», cuenta el productor Silverio Otero Rodríguez, que lleva engordando sus capones desde agosto.

Silverio es uno de tantos jóvenes que nutrieron la nueva hornada de emigrantes gallegos. Se buscó la vida en Holanda. Vivió allí una década y acabó consiguiendo un puesto fijo como cocinero y una vida cómoda y estable. A punto estaba hasta de comprar vivienda allí cuando la pandemia le hizo volver la vista a sus raíces. La casa de sus abuelos en la aldea se había quedado vacía y sus tierras de labranza estaban sin cultivar. Silverio habló con la familia y se decidió a volver para dar forma al sueño que hacía tiempo que rondaba por su cabeza: convertirse en criador de capones y vivir en el rural una vida tranquila.

Silverio tenía claro que para ofrecer un producto de calidad incontestable necesitaba tener el control total del proceso. Por eso volvió a poner en uso las fincas familiares y plantó maíz, patatas y berzas en los mismos terrenos que lo habían hecho sus antepasados. A mayores, el criador cultivó girasoles. «É un alimento excelente para as aves e dáse moi ben aquí. É un cultivo que a xente relaciona con zonas máis secas, pero aquí dáse moi ben. Ademais o xirasol ten propiedades boas para as aves, así que o próximo ano temos previsto ampliar a produción», explica.

Silverio compró en verano cincuenta pollos de raza autóctona. De Mos, concretamente. Tras su castración y recuperación comenzó el lento proceso de alimentación y cebo. «Ao principio aliméntanse só de verzas e cereais. Despois, de millo e patacas cocidas. Na época das castañas comen tamén castañas con patacas... Ao lado da casa temos unha casiña vella con lareira na que cociñamos para os capóns, con lume de leña. Non usamos gas ni compramos pensos. Así non só se aforran custes, senón que ademais respectamos o xeito tradicional de alimentar aos capóns», explica el productor.

Además de la cuidadosa alimentación, la vida en libertad es otra de las señas de identidad de los Capóns das Quintas. «Críanse fóra, facendo exercizo. Só se reclúen o último mes nas capoeiras, cunha alimentación máis intensa para que collan os quilos desexables», comenta Silverio.

Para los no iniciados en la materia hay que recordar que, a diferencia de los gallos, los capones son pollos castrados. «Non cantan, non pelexan, non teñen testosterona e a carne é máis suave e delicada», explica Silverio. Los de As Quintas tampoco son iguales a los míticos capones de Vilalba. «Nós preferimos que desenvolvan só unha graxiña e que ofrezan máis carne de boa calidade, limpa e sa e con menor porcentaxe de graxa», dice el productor. «Os nosos capóns recuperan o ton de pel amarillento natural. Parecen dourados, pola alimentación e a calidade de vida que levan», asegura.

La primera remesa de Capóns das Quintas ha sido de cincuenta animales. Silverio no quería arriesgar. Prefería testar primero la acogida y después ir ajustando la producción. «Quería ir tanteando o mercado, pero a acollida foi moi boa. Ao pouco de presentar o proxecto chegaron as primeiras reservas e a principios de decembro estaba todo comprometido. Agora estamos en pleno reparto. Só nos queda algún exemplar reservado para nós ou para algún regalo», dice el estradense. «Queremos agradecer a confianza que a xente depositou en nós nesta primeira tandada. Sabemos que lles vai encantar e que o que proba repite, pero agradecemos moito este voto de confianza inicial», dice.

La mayor parte de los capones, que pesan entre 4 y 5 kilos y se venden preparados para cocinar, han sido encargados por particulares de A Estrada y su entorno, pero algunos han volado hasta Barcelona o Burgos.