Cientos de personas abarrotaron este domingo la Festa do Galo de Curral
25 may 2025 . Actualizado a las 20:44 h.«O galo e as galiñas ceibas e o viño en cunca». Ese fue el consejo del monologuista Carlos Blanco en el pregón de la Festa do Galo de Curral de Vila de Cruces, una cita gastronómica que reivindica el sabor del galo de curral —que crece en libertad con una alimentación exquisita— frente al del pollo de granja que come pienso y vive hacinado. «Xa abonda de maltrato animal e de maltrato ao viño, ou non? Tanto vaso de plástico e tanto polo asfixiado en granxas que nin os pobres palestinos resistirían; e mira que leva resistido esa xentiña...», dijo el artista con su característico humor empapado de crítica.
Carlos Blanco se declaró encantado de ser pregonero en Cruces, un lugar del que ha hablado cientos de veces en sus monólogos por un par de anécdotas que le sucedieron en Piloño hace casi treinta años, en sus inicios como contador de historias. Esas anécdotas que hicieron reír al público de Varsovia, de Montevideo, de Londres o de Buenos Aires regresaron este domingo a casa, donde Carlos Blanco animó al público a degustar el galo de curral sin piedad ni remordimientos. «Papemos a este chulito que vive feliz, que ghicha o que quere e morre seica dun golpe certeiro como xa nos gustaría a moitos morrer», dijo Blanco. «E, se cadra, non doe moito comelo porque no fondo ao papar un galo papas un chulito, non credes? Un machito e iso pois... non deixa de ser unha pequena e saborosa vinganza. ‘Papa un galo, un chulito menos’ podería ser o lema da festa Xa estou vendo o lema nas camisolas do ano vindeiro. Regálovos a frase, pero o copyright é meu, conste», advirtió.
El pregón, en el que no faltaron las críticas a Altri ni a los turistas ridículos que se quejan del canto del gallo en las aldeas, culminó con una cantiga en la que el artista logró la complicidad del público para cantar a coro.
Pero no todo fue humor en Cruces, porque después llegó la hora del almuerzo. Y eso es un asunto muy serio. El chef José Antonio Asorey Torres, del restaurante Onde Antonio de Mouriscade (Lalín), fue el encargado fue el encargado de preparar las más de trescientas raciones que se sirvieron en la degustación popular. El galo estofado —cocinado durante tres horas después de haber pasado otras 24 en adobo— se vendía a un precio simbólico de 3 euros. Lógicamente, voló. Igual que las mesas de los restaurantes locales, donde sin reserva fue prácticamente imposible sentarse a comer.
Más allá de lo gastronómico, la Festa do Galo de Curral también sirvió un buen menú de ocio, con exposición de coches antiguos desde primera hora de la mañana, pasacalles con los grupos folclóricos O Arco de Merza y A Brincadeira de Carbia y conciertos de Xuntounos ela, que fueron profetas en su tierra, y de Natalia, la cantante gaditana de la primera edición de O.T., que además de promocionar su nuevo sencillo, Nadie más, supo ganarse al público cantando en gallego el célebre Eu chorar chorei.
Homenaje póstumo
El Festival de Bandas de Galicia, la orquesta Marbella y el grupo de versiones Gin Toni´s completaron el cartel de una fiesta gastronómica en la que tampoco faltó la nota entrañable. El Concello quiso rendirle homenaje póstumo a José Luis López Rodríguez, del restaurante Casa Don Din, y a su mujer María Luisa Parcero, que recogió el premio y, en petit comité, agradeció un detalle que habría hecho feliz a su marido, que «traballou moito por esta festa».