Adiós a la memoria viva de la música de Terra de Montes

Javier Benito
j. benito A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Cedida

Tocó en orquestas importantes en Venezuela y ayudó a bandas de Deza

07 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde muy temprana edad la música cautivó a Julio Durán Sieiro, memoria viva de la riqueza cultural no solo de su Cerdedo natal sino de toda Terra de Montes y de otros muchos rincones donde aportó su granito de arena en agrupaciones musicales y bandas. Este miércoles fallecía a los 95 años de edad después de una intensa vida y un legado que perdurará cuando resuene las notas en su tierra. «Atopámonos mergullados nunha profunda tristura ao saber do facelemento dun ser querido, o músico Julio Durán. Foi un mestre apaixonado e xeneroso que compartiu coñecementos musicais comigo dunha forma inigualable», comentaba ayer con pesar Rubén Troitiño, impulsor de la recuperación de la música tradicional en Terra de Montes, que había compartido muchos momentos con el fallecido, quien incluso le confío uno de sus instrumentos más queridos entre los varios que tocaba, su gaita. Destacaba el vacío que deja para remarcar que su dedicación y pasión por las tradiciones continuará viva.

Julio Durán nacía el 3 de octubre de 1927 en Cerdedo, mostrando desde pequeño un interés por la música que le llevó a explorar y dominar diversos instrumentos. Tocaba el clarinete, el saxofón y la gaita, adquiriendo unos profundos conocimientos y contando con una memoria prodigiosa que le convertía en testimonio vivo del patrimonio cultural de Terra de Montes. Su contribución trascendió los límites locales al convertirse en un pilar fundamental para publicaciones en torno a la música en Cerdedo, como el libro de Manuel Campos Toimil sobre las bandas, así como en el proyecto de Rubén Troitiño en torno a las músicas de estas tierras. La carrera de Durán Sieiro abarcó continentes, ya que vivió la emigración, residiendo durante años en Venezuela. En el país caribeño no solo ejerció como músico sino que perfeccionó sus habilidades estudiando oboe y flauta en el Conservatorio de Caracas. Tocó en prestigiosas orquestas, entre ellas la Banda Marcial de Caracas, acompañando además con su saxofón a artistas en espectáculos de cabaré.

Regreso a Galicia

La morriña y el anhelo de regresar a Galicia le llevó a cerrar su aventura musical en el extranjero. Al regreso a tierras gallegas dedicó su talento y su pasión a colaborar con las diferentes bandas de música, entre ellas la lalinense de Vilatuxe, con la que trabajó durante quince años. También brindó su apoyo a otras formaciones en Agolada, Monterroso, Merza, Ponteledesma o Muimenta.

En los últimos años Julio Durán continuó compartiendo ese apego con la música al acompañar al Coro Parroquial de Cerdedo tocando el órgano. Su legado musical se hará eterno y su partida deja un vacío entre quienes vivieron con él ese sentimiento, entre quienes trabajaron y accedieron a su sabiduría. Quienes le conocen destacaban su generosidad también como maestro y su amabilidad, siempre dispuesto a dar un consejo. Ayer fue el funeral y entierro a las 17.00 horas en la iglesia parroquial de Cerdedo. Y Rubén Troitiño lanzaba un mensaje en su memoria: «Convido a todos aqueles que foron tocados pola súa música a compartir xuntos a lembranza deste ser extraordinario. A túa música vivirá para sempre nos nos corazóns».