«El comercio local nunca debería de desaparecer, pero, ¿quién nos releva?»

amelia ferreiroa LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Con 11 años tomó contacto con el sector, al que finalmente se ligó profesionalmente

16 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Comercial Arribas atesora entre sus paredes, junto a un cada vez más reducido puñado de establecimientos locales, la historia del comercio lalinense. Un sector que pugna por mantenerse pese a los momentos difíciles, pero que sigue apostando con firmeza y valentía por ese comercio tradicional y de proximidad que dan vida a nuestros pueblos. Comercial Arribas lleva abierto desde marzo del año 1975; primero con María Elena Gorís al frente, «Maruja de Teléfonos» como la conocía todo el mundo, y desde hace 34 años con su hija Tata.

-Su verdadero nombre de pila es Esperanza...

-Sí, bueno (risas). Soy Tata para todos, de siempre. Mi familia y compañeros de pupitre y de carrera saben que soy Esperanza pero pocos más... Casualidades de la vida. Nací por cesárea, muy pequeña y las monjas de La Esperanza me bendijeron con agua de socorro y me pusieron Esperanza; un nombre que mis padres pudieron cambiar, me lo dejaron pero siempre me llamaron Tata.

-Y no iba para comerciante.

-No. Hice Magisterio y me presenté a las oposiciones dos veces; no tuve suerte, fue un momento en que había gente mayor y enferma en casa y entonces me vine para el negocio que ya estaba en funcionamiento. Me quedé. Pasaron 34 años y sigo. Cierto que contacto con el sector ya tenía desde los 11 años que fue cuando mi madre abrió este negocio después de que cerrase Telefónica, que era donde trabajaba. Además mi padre y mi tío tenían la hojalatería en la calle Loriga. Allí comenzaron a meter también menaje y después fue cuando mi madre decidió abrir el bazar.

-Negocio al que añadió posteriormente floristería.

-Hará unos 15 años que la abrí. Había solo dos en Lalín, y pensé que era interesante contar con una más. En el año 2007 me quedé solamente con plantas ya que no daba atendido a todo: llevar flores a los tanatorios de cualquier punto de la comarca, ir de noche a aldeas prácticamente desiertas... Fueron años en los que trabajé muchísimo la flor pero ahora solamente hago alguna cosa muy puntual por encargo. De hecho para Difuntos todavía elaboré unos cincuenta centros de flor fresca para cementerios.

-Mantiene una amplia variedad de artículos de menaje.

-Todo lo de menaje se mantiene. Lo que falla son las ventas que había antaño en el comercio, y no es por el hecho de que no haya calidad ni variedad en el comercio local. Es un comercio maravilloso que nunca debería de desaparecer pero, …quién nos releva? Ese el grave problema que tenemos muchos, la falta de relevo generacional al frente de los negocios. Los jóvenes buscan otro acomodo, otra salida laboral... Antiguamente se vendía muchísimo para las bodas, los novios invitaban a toda su parroquia y salía un surtido completo de menaje. Recuerdo que mi madre vendió 8 vajillas de 56 piezas en un día; hoy si logras venderlas en un año no está nada mal! Cambió mucho. ¿Quién compra una vajilla de 56 piezas? Casi nadie. Los jóvenes se van a cosas más prácticas, a las grandes superficies a comprar... pero si se le cae una asa a una olla, por ejemplo, vienen al pequeño comercio a la procura del repuesto. Son cuestiones que deberían de analizarse y tenernos muy en cuenta al igual que las compras que se hacen por Internet; allí pueden devolver una prenda o un objeto, pero nosotros estamos para cambiar y sin fecha de caducidad.

-¿La porcelana está en auge?

-Algunas se venden al valer para inducción y ser más baratas que las de acero pero estas últimas copan la demanda.

«Nuestros gastos son inmensos y las ventas no tienen nada que ver con las de años atrás»

Utensilios de menaje, objetos de decoración y plantas llenan las estanterías de Arribas, también un amplio surtido de porcelana de La Cartuja de Sevilla, una empresa de cerámica especializada en loza fina fundada por el británico Carlos Pickman en el siglo XIX.

-Mi madre ya la trabajaba en el año 1980 y viene gente de muchos puntos a comprarla. Creo que se debe a que por la zona no hay quien la venda.

-¿Son piezas para uso diario?

-Son piezas caras. La Cartuja tiene un prestigio aunque la antigua cuarteaba, pasó por varias manos, estuvo cerrada un par de años pero actualmente las piezas son de excelente calidad. No son platos, fuentes ni soperas para uso diario por su precio como dije; pero tengo un par de clientas que tienen vajilla de La Cartuja para uso cotidiano. Tiene que haber de todo. Lo bueno de esta empresa es que puedes comprar todas las piezas sueltas: una taza, un plato, una fuente... Además hay modelos creo que para muchos gustos pero no es de lo que sale todos los días de la tienda.

-Decía que le duele que el comercio de barrio vaya bajando la reja. ¿Qué se podría hacer para mantenerlo vivo?

-No es fácil. Por una parte está la falta de gente joven que se quiera poner al frente de un negocio, los gastos son inmensos y las ventas no tienen nada que ver con las de años atrás. Te voy a poner un ejemplo: encontré una libreta de mi madre de 20 años atrás, durante una reforma que hice, en la que anotaba todas las ventas que hacía y era mayor de una caja de hoy día. El pequeño comercio recibe pocos apoyos y así no podemos seguir. Las grandes superficies también nos han hecho daño... Es un cúmulo de circunstancias pero pese a todo ello espero y deseo que este comercio de siempre se mantenga.