Los bonsáis que quitan el hambre

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Miguel Souto

El estradense impulsa un taller y un colectivo para compartir la pasión que le hace olvidarse hasta del almuerzo

15 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace seis años que el estradense Óscar Expósito está enganchado a los bonsáis. Según cuenta, es una droga dura con un montón de beneficios y alguna que otra contraindicación. Su adicción comenzó un día que fue a hacer un trabajo a casa de un cliente de Pontevedra. Óscar, que tiene una empresa de decoración y reformas, vio algo en el jardín que distrajo su atención inmediatamente. «O cliente tiña unha colección de bonsáis que son auténticas obras de arte», explica. «Non puiden evitar preguntarlle por eles e o dono doume tal cantidade de información que xa quedei enganchado para sempre. Non tiven escapatoria», cuenta.

Por aquel entonces, la única relación de Óscar con el mundo de los bonsáis era la compra de tres o cuatro ejemplares de los que se venden en las grandes superficies comerciales. No prosperó ni el primero. Ya era aficionado a la fruticultura, tenía jardín y ciertos conocimientos de jardinería, pero los bonsáis se le resistían. «Eu tiña frutais, facía enxertos, podas... Pero os bonsáis foron todos para o outro barrio. Ao final acabas desesperándote e plantexándote se comprar outro ou non», explica.

¿Qué es lo que hacía mal Óscar con sus bonsáis de hipermercado?. Pues todo. «Normalmente, se te fías polos consellos que che dan alí, van morrer seguro. Dinche que os regues pouco e que se poden ter no interior. Todo o contrario. Son árbores, e como tales teñen que estar no exterior. En canto ó rego, canta máis auga mellor. Por falta de auga poden morrer. Por exceso é moi difícil», aclara. «Ademáis é moi importante cambiarlle a terra da maceta. Os bonsáis precisan un substrato que se chama akadama e que ven do Xapón. En Galicia é ideal a mestura de sustratos akadama e pomice ao 50%. Con iso o bo rego telo os anos que queiras», recomienda.

Según advierte Óscar Expósito, circulan muchos falsos mitos en torno a los bonsáis. «Non é certo que sexan árbores creadas xenéticamente como se di por aí. Son árbores normais. E as sementes que che venden por Internet como sementes de bonsái non son máis que sementes de árbores normais. O que fai o bonsái é o traballo que ti fas con el. Se non aplicas a técnica adecuada serán árbores normais», explica.

Cualquier árbol o arbusto es susceptible de convertirse en bonsái con el trabajo adecuado. No se trata solo de ponerlo en una maceta pequeña. Con eso sin más solo se conseguiría matarlo. Detrás hay una compleja técnica con siglos de tradición.

«A partir dunha árbore de viveiro de 10 euros, podes conseguir en pouco tempo un bonsái», cuenta Óscar Expósito. La referencia temporal hay que matizarla. El propio criador de bonsáis se da cuenta. «Bueno, cando digo pouco tempo quero dicir en cinco anos ou así», aclara.

El propio cliente que le metió a Óscar el vicio en el cuerpo fue también su padrino. Él lo orientó hacia Bembibre (Val do Dubra), donde está la meca gallega del bonsái. Allí hay una tienda especializada a donde peregrinan los aficionados de toda Galicia y desde donde se organizan cursos de formación impartidos por autoridades internacionales en la materia. «A nivel europeo, os galegos estamos no cumio», asegura.

Problemas de conciliación

Desde que entró en el círculo, el estradense solo piensa en seguir aprendiendo. «Algún día póñome pola mañá e dáme a noite sen ir comer sequera. É unha paixón. O único problema é a conciliación familiar...», reconoce. Para quitarse el mono, el estradense peregrina un par de veces al mes a Bembibre, organiza un taller para difundir este arte y está forjando Club Bonsái Pontevedra, un colectivo provincial de aficionados.