Una pedida entre llamas

Rocío García Martínez
rocío garcía LALÍN / LA VOZ

DEZA

IAGO GARCÍA / MARCO GUNDÍN

Un silledense aprovechó un simulacro de incendio para pedir a su novia matrimonio

05 jun 2017 . Actualizado a las 18:03 h.

Los bomberos tienen muchas más misiones que apagar incendios. Era lo que querían demostrar los profesionales del parque intercomarcal de Silleda con la jornada de puertas abiertas celebrada ayer y más claro no pudo quedar. Además de hacer exhibiciones de rescate en altura, de excarcelación y simulacros de distintos tipos de extinción, los bomberos llevaron su vocación de servicio al extremo y acabaron ejerciendo de cómplices para una petición de mano de lo más peculiar. Los protagonistas eran Rai y Bea, dos vecinos de Silleda que ya llevan juntos una década.

«Somos pareja de hecho y tenemos dos niñas de 6 y 3 años. Es como si estuviésemos casados, pero Bea siempre bromeaba con que no era mi mujer, porque no se lo había pedido oficialmente», explica Rai. Así que decidió ponerle remedio públicamente.

Rai y su familia acudieron al parque de bomberos y, con la disculpa de ir con su amigo a ver algo, Rai desapareció un momento. Se vistió de bombero -con casco cerrado con pantalla de espejo- y se convirtió en uno de los protagonistas del siguiente simulacro de extinción. En él se llamó a colaborar a alguien supuestamente al azar. Pero el azar ese día se llamaba Bea.

Al acabar el número, uno de los bomberos despidió a Bea con un beso. El otro, hincó rodilla en el suelo, levantó el casco y sacó un anillo del bolsillo para hacer una pedida con todas las de la ley. «Después de diez años, acabamos los dos temblando como flanes. Y nuestra hija mayor llorando de emoción», confiesa Rai.

Un rescate a 15 metros

La jornada de puertas abiertas resultó un éxito. El público contuvo la respiración con el rescate en altura en el que una voluntaria fue elevada en camilla a la torre del edificio, a 15 metros de altura. Era Catalina, una joven de confianza que pasó una buena prueba de vértigo mientras los profesionales manejaban el complejo sistema de cuerdas y poleas.

En la exhibición de excarcelación, uno de los bomberos se puso esta vez del otro lado de la barrera. Moncho se prestó para actuar como víctima de un accidente de coche y fue excarcelado por sus compañeros. Pese a la pericia de los bomberos y a la rapidez con la que consiguieron cortar el coche para liberarle, Moncho reconoció que el tiempo se le había hecho eterno.

El público infantil, por su parte, disfrutó con la fiesta de la espuma y se fue a casa con un casco de juguete, un carné de bombero y una vocación encauzada.

Media tonelada de solidaridad

La jornada tenía además carácter solidario y las cerca de 400 personas que pasaron por el parque de bomberos aportaron casi media tonelada de alimentos que serán donados a los Servicios Sociais de los Concellos de Lalín y Dozón.