«Os compañeiros e eu iremos xa a ver a Elisa»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

El día 25 Espiño y sus compañeros seguían buscando restos.
El día 25 Espiño y sus compañeros seguían buscando restos.

Espiño se enteró ayer de que la mujer atrapada que consiguieron liberar estaba en la uci y su hija sobrevivió

27 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

A José Espiño, edil de Silleda y bombero de Santiago de Compostela, la tarde-noche del 24 no le pilló de guardia, pero sí trabajando y formando parte del refuerzo extraordinario que se pone en marcha cada día como ese por los fuegos del Apóstol. Desde las 20.00 horas estaba apostado en los alrededores de la catedral, «en Martín Pinario». Por delante tenía una guardia de doce horas, en vez de las 24 habituales, que acabaría a las ocho de la mañana. Pero unos tres cuartos de hora más tarde, explica, «empezamos a escoitar polas emisoras que había unha locomotora ardendo e pensas noutra cousa non nun tren así». Seguidamente ya recibieron la orden de movilizar todos los efectivos y desplazarse hasta allí. Al llegar, la primera imagen fue el vagón que llegó hasta el campo da festa.

Cuenta que «cando chegas ves que era o Alvia». Lo que se encontraron fue la imagen de la desolación. «Había xente arredor e sete ou oito persoas fora, que non sabían onde estaban. Saltamos para a vía e estivemos ata as tres e seguimos todos estes días». Lo que más le impresionó fue encontrar en un vagón «a unha nai co seu fillo nos brazos, os dous mortos» y los asientos arrancados de cuajo y apilados delante empujados por la inercia.

El 25 por la mañana, señala, «recollimos a última persoa que se atopaba carbonizada» y « traballando con pico e pala removendo os restos aínda atopamos un pé». Se dio la casualidad que este silledense estuviese trabajando codo a codo con los bomberos que se desplazaron desde Silleda. Ayer le ponía nombre a la mujer que durante hora y media o dos horas intentaron liberar de debajo de un convoy donde había quedado atrapada de cintura para abajo. Elisa, venezolana de nacimiento, preguntaba por su hija de quince años.

Ayer Espiño, tras el acto con los Príncipes, se llevó una alegría cuando se enteró «de que a filla está ben e Elisa atopase na uci». Él y algunos de sus compañeros «vamos a ir a vela, porque todo eso márcate».

La coincidencia con el operativo del Apóstol hizo que en Santiago se concentrara ya gran cantidad de efectivos de fuerzas de seguridad pero «as camillas non chegaban ni a ferramenta e traballamos con picos, machadas da de facer leña que nos trouxeron os veciños e ferramentas que poideron».