HEMEROTECA Las películas de Tarzán eran consideradas nocivas para los jóvenes soviéticos

Carlos Fernández A CORUÑA

DEZA

SUCEDIÓ EN 1956

26 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

?odavía en la fase de descongelación de la guerra fría, la Unión Soviética seguía lanzando puyazos al «imperialismo norteamericano», fuente de todas las desgracias que sucedían en el mundo. Ahora, a finales de enero de 1956, el ex primer ministro de Ucrania, Alexander Korner Cruk, llegó a una sorprendente deducción: la ola de gamberrismo que se detectaba entre los estudiantes soviéticos tenía como origen las películas de Tarzán. El dirigente ruso las calificaba de «filmes estrafalarios y sin sentido», esto aparte de que los amores de la simpática mona Chita con Jane podían ser considerados como «actos contra natura». No había que olvidar que el ratón Mickey y el pato Donald fueron acusados de «objetos del imperialismo yanqui para dominar a la juventud comunista», igual que la Coca-Cola . Respecto a ésta, los rusos llegaron a fabricar la Kremlin Coca , que, según una revista ultra norteamericana, llevaba, a partes iguales, cocaína y ácido carbónico, mezcla ciertamente explosiva. La puntilla, irónica, a todo esto acabó poniéndola el genial Billy Wilder en su película Un, dos, tres , en la que el tema eran los amores de un joven comunista y una chica yanqui en Berlín, con la famosa bebida de por medio.