Regalos para el día de la Madre

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN

DEZA

Crónica | Los miembros de Aspadeza realizan objetos que pondrán a la venta en su taller En el centro trabajan doce personas con edades comprendidas entre los 19 y los 47 años. Su especialidad son los tapices, los cestos y las manualidades

27 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

?on como una gran familia y desde algo más de tres años trabajan codo con codo en el taller ocupacional ubicado en el número 58 de la calle del Puente de Lalín. Un bajo, cedido por el presidente de la Aasociación de Empresarios de Deza, Xosé Ramón González, y que se ha convertido un poco en la casa de todos. El viernes faltaba alguno porque el mal tiempo no perdona y más de uno cayó enfermo. Regina, Suso, Olga, Javier, Karina, Ana María, Luis, Toño, Chelo, Carmiña, Manolita y Albino ponen todos los días todo su entusiasmo en tejer hermosos tapices y en dar forma a los cestos que se apilan en una estantería. Estos días todos han empezado a trabajar ya en los regalos del día de la Madre. El material básico son cajas de latón, de las que contienen galletas y que se están transformando en hermosos recipientes pintados de mil materas. Cajas y cestos se llenarán después de jabones olorosos, de dulces caramelos o deliciosos bombones. Son objetos que los miembros del taller ocupacional pondrán a la venta en el propio local y también en el centro comercial Eroski. Hasta allí irán los 24 y el 30 de abril para que los vecinos que quieran hacer un regalo especial puedan adquirir detalles realizados con tanto amor como éstos. A Ana María le gusta el color rojo y de este tono combinado con tostados y verdes dibuja en un tapiz unas flores. Al taller ocupacional acuden cada día doce miembros de la agrupación. El más joven, con 19 años, es Toño, y la veterana del grupo, Regina, con 47. Una furgoneta cedida en su día por Caixa Galicia a Fademga, la federación galega de agrupaciones de familiares de disminuídos psíquicos, les trae desde Vila de Cruces, Silleda o algún punto de Lalín. El centro abrió en septiembre del año 2000. Por aquel entonces les ofrecieron ya terrenos para locales primero en el polígono Lalín 2000 y luego en Mouriscade. Ha pasado el tiempo y el local, que parecía provisional, se va convirtiendo en permanente. En el taller no falta el toque femenino, no en vano monitoras y administrativas son mujeres. Rosa Taboada, Belén Dobarro, Cruz Cachafeiro y Beatriz Blanco se ocupan de todo. En el taller, pintado de amarillo, está salpicado de música y buen humor. A los trabajos de cestería y de tapicería se añaden estos días los de manualidades y jardinería. La semana que viene los chavales volverán a recorrer las calles de Lalín para reponer algunas plantas que yacen pachuchas en las jardineras por el paso del tiempo o a consecuencia del mal tiempo. Todos lo pasan en grande porque una de las cosas que más les gusta es salir a la calle. El contrato temporal que les ofreció el Concello para el mantenimiento de las jardineras les permite recorrer las calles. Les encantan las excursiones. El 6 de junio participarán en la convivencia del Special Olimpics que se celebra en Santiago. En las oficinas se guarda el borrador del futuro taller ocupacional que continúa esperando la cesión de los terrenos. Este año la agrupación volvió a perder la subvención por no tenerlos aún. El anteproyecto tiene dibujado un edificio de planta baja con dos oficinas, una sala de reuniones, un taller, vestuarios, baños y un comedor, además de un pabellón cone spacio para futuros talleres. De momento. Un sueño.