Vísperas de partido, en Riazor, frente a un Barcelona B esperado con aparente optimismo (?) por parte de un Deportivo que empieza a pisar esa fase decisiva que nunca falta en todos los campeonatos. «Una victoria que puede ser un mundo, y mucho más ahora». Hay que mantener la confianza en el grupo de Fernando Vázquez, a quien le reconocemos su constante atención a los movimientos que registra la plantilla, en una Liga que no ofrece superioridad manifiesta frente a lo conseguido por otros equipos que pelean igualmente por el ascenso.
Sobre lo conseguido (que no es más que un aviso sobre lo que falta) hace un par de días ofreció Pedro Barreiros un exhaustivo comentario que nos dejaba al descubierto la importancia que tiene el tramo próximo a jugar en un campeonato que no es, ni de lejos, «una de las competiciones más igualadas» como le parece a Bergantiños.
Otrarecomendación que estimo como beneficiosas, tanto para el rendimiento del equipo coruñés como tranquilidad del seguidor, está en lo que ayer nos decía José M. Fernández en un interesante análisis sobre las razones por las cuales el Dépor acusa una baja en el rendimiento al que nos acostumbró en la primera parte del campeonato. En ese análisis se señala la necesidad de mejorar la firmeza como una de las bazas para el buen camino en el resto de la Liga. La realidad obliga.