400 campos de fútbol artificiales gallegos, afectados por la normativa de la Unión Europea que prohibirá el caucho en el 2030

DEPORTES

ALBERTO LÓPEZ

La medida contra los microplásticos obliga a buscar una alternativa para la renovación de las instalaciones y la construcción de las nuevas

17 oct 2023 . Actualizado a las 16:42 h.

La Comisión Europea se ha puesto firme en la protección del medio ambiente y le ha declarado formalmente la guerra a los microplásticos. A la reciente prohibición de la purpurina, se une otra restricción que obligará a modificar una de las mayores fuentes de liberación de microplásticos añadidos inferiores a 4 milímetros, los campos de fútbol artificial. ¿El causante? El caucho granulado SBR procedente de neumáticos reciclados, que se utiliza como amortiguador.

Esas bolitas negras que surgen debajo del aparente césped —fabricado habitualmente con polietileno y una base de poliuretano— que ahora la Unión Europea pretende prohibir. El motivo es doble: la contaminación que producen cuando son arrastradas, principalmente por la lluvia, y la convicción de que los hidrocarburos de los que están compuestos no resultan saludables en un contacto continuado. Nada para alarmarse, pero la Unión Europea prefiere prevenir y ya le ha puesto fecha, el 2030, a la entrada en vigor de la nueva normativa, que obligará a retirar el caucho de los campos sintéticos.

Lo razonable del plazo responde a dos cuestiones. La primera, ofrecerle a las empresas el tiempo prudencial para desarrollar una alternativa, que hasta ahora no se ha presentado firme. Se ha probado con corcho, con arena, con hueso de aceituna o con madera de pino, pero ningún material ofrece unas prestaciones similares al caucho. Unos son más duros y eliminan las propiedades amortiguadoras, otros necesitan un mantenimiento que dispara enormemente su precio.

La segunda cuestión, tiene que ver con la propia vida útil de estos campos, que suelen cambiarse, como mucho, doce años después de su instalación. Eso implica que una parte importante de los 10.000 campos de hierba artificial que existen actualmente en España ya deberán renovarse antes de la entrada en vigor de la nueva normativa, con lo que ya deberán contemplarla. Cada año se construyen o se renuevan en nuestro país una media de 400 instalaciones de este tipo. Prácticamente el cien por cien se hacen utilizando el caucho. Algo que deberá cambiar de forma inminente.

«Habría que levantarlos todos»

De los 10.000 campos artificiales con caucho que hay en España, unos 400 están localizados en Galicia. Desde la Federación Gallega de Fútbol admiten la incertidumbre que ha provocado el anuncio de la nueva normativa europea, a la espera de las indicaciones que reciban de la Federación Española, que será la que marque las directrices a seguir. «Están evaluando la nueva reglamentación, estudiándola detenidamente, y en las próximas fechas nos llegarán directrices», admiten fuentes de la federación gallega.

«Realmente, esta es una cuestión administrativa, que afectará a las condiciones que se establecen en los pliegos para la licitación de la construcción de los nuevos campos, que son en su inmensa mayoría propiedad de los ayuntamientos, o para su reforma», recuerdan.

«Es un follón grande»

«La vida media de estos campos es de unos diez años. Por eso ese plazo que indica la Comisión Europea de ocho años, porque en ese período la gran mayoría tendrían que haber sido renovados ya. El cambio de normativa es un follón grande, habría que levantarlos todos llegado el momento, porque no puede extraerse el caucho y cambiarlo por otro material. Habría que hacer un campo nuevo», sostienen fuentes de la federación gallega, que admiten que la totalidad de las instalaciones que se han construido en Galicia en los últimos años se hicieron con caucho.

Obra de cambio del césped artificial en el campo de A Cheda, en Lugo, en el 2018
Obra de cambio del césped artificial en el campo de A Cheda, en Lugo, en el 2018 ALBERTO LÓPEZ

«Si es nocivo, es comprensible»

Desde la federación autonómica recuerdan que la problemática es global. «Es algo generalizado en toda España e incluso en gran parte de Europa. Cuando se hicieron, no se conocían los efectos que podía tener en el medio ambiente. Si son tan nocivos, es comprensible que haya que cambiar el material», añaden.

«Se han probado alternativas como la fibra de coco y el corcho. Existen otra opciones, pero son más caras y tienen una durabilidad menor. Es una cuestión relevante, porque si el precio de estos campos se dispara, y los materiales que se empleen son menos duraderos, las instituciones se lo pensarán mucho más a la hora de construir este tipo de instalaciones», mantienen desde el organismo que rige el fútbol gallego. «La empresa que dé con la tecla de los materiales se va a hacer de oro», añaden.

Ignasi Senabre, CEO de Sports & Landscape: «Si tuviera que apostar por una alternativa, sería la arena de sílice»

Ignasi Senabre, consultor especializado en césped artificial
Ignasi Senabre, consultor especializado en césped artificial

Para las empresas instaladoras, la normativa europea supone un reto. Ignasi Senabre, consultor especializado en césped artificial y CEO de Sports & Landscape, ha construido más de 600 campos, y busca desde el 2016 una alternativa al caucho.

—¿Cuál considera que es la alternativa más eficiente al caucho?

—Pueden instalarse bases elásticas prefabricadas, que funcionan con rellenos de arena de sílice. Esa es mi apuesta. Cumplen la normativa y ya hemos comprobado que funcionan. Hemos experimentado alternativas como el corcho, que no es recomendable porque flota, y además requiere un mantenimiento de unos 15.000 euros anuales. Probamos la madera de pino triturada, que da buena humedad, pero también requiere continua reposición, y el hueso de aceituna, pero no amortiguan bien. Son demasiado duros. La fibra de coco es un desastre.

—¿Es más cara la arena?

—Un campo con caucho puede rondar los 160.000 euros. Con arena de sílice, unos 200.000. Pero las bases elásticas tienen una durabilidad de unos 30 años, lo que abarata luego la renovación.