Carlos Sainz, la incombustible gran esperanza española de cada año nuevo

David Sánchez de Castro COLPISA

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

A sus 60 años, el Matador afronta como uno de los grandes favoritos la edición del 2023 del Dakar.

30 dic 2022 . Actualizado a las 18:01 h.

Hay tradiciones que se cumplen en cada inicio de año: las uvas, la resaca de Año Nuevo, la Cabalgata de Reyes. Y el Dakar. El rally más duro del mundo ni siquiera va a esperar en esta ocasión al cambio de dígito, porque la primera etapa será en plena Nochevieja, un 31 de diciembre que devolverá de nuevo a Carlos Sainz, al original, a las primeras líneas de los titulares.

El Matador, el padre del piloto de Fórmula 1, el dos veces campeón del mundo de rallies y tres del Dakar, el sesentón que lleva haciendo vibrar a varias generaciones de aficionados al motor está dispuesto y en mejores condiciones que nunca para levantar el cuarto trofeo Touareg. Sainz y un Audi RS Q e-tron E2 retocado con el que el madrileño y su inseparable Lucas Cruz tratarán de superar las quince jornadas (catorce etapas y el prólogo) de carrera en Arabia Saudí al frente.

8.549 kilómetros, de los cuales 4.706 kilómetros serán cronometrados, que arrancan en el Sea Camp, un nuevo campamento pantagruélico (como casi todo lo que se está construyendo en Arabia Saudí) donde se instalará la ceremonia del podio y se darán los primeros 11 kilómetros del prólogo a orillas del mar. A partir de ahí, un viaje hasta la meta en Dammam, con paso por el temido Cuarto Vacío, el Empty Quarter que durará cuatro jornadas incluidas en el maratón de la última semana que puede determinar el resultado final. Los 365 vehículos que tomarán la salida pretenden superar, de nuevo, las dificultades propias de una prueba que pretende ser aún más difícil y sostenible.

Y es que el Dakar, pese a que sea una prueba que genera muchas dudas en términos de ecología, pretende ser un ejemplo de gran competición offroad que se puede hacer de manera limpia. El mejor ejemplo es el Audi de Sainz, Stéphane Peterhansel (catorce victorias en el Dakar a sus espaldas, la mayor leyenda de este raid) y Mattias Ekstrom, que entra en la nueva categoría T1-U con motor eléctrico en el que, irónicamente, es su característico ruido el que puede ser uno de sus enemigos. Las baterías recargables de 52 kWh del propulsor híbrido del Audi son las responsables de que tanto Sainz como Cruz, al igual que Peterhansel y Boulanger y Ekstrom y Bergkvist, tendrán que llevar auriculares dentro del casco que amortigüe ese ruido.

Pero más allá de esta anécdota, el gran rival de Sainz y del Dream Team de Audi será, como siempre, Nasser Al-Attiyah. El catarí llega como vigente campeón del Dakar, gran favorito al volante del Toyota Hilux y el enemigo que todos temen. Como siempre, el también campeón del mundo de cross-country (Sainz se ha enrolado también en esta edición para 2023 para hacer todo el certamen) mantendrá su estrategia de atacar lo justo y fallar aún menos, algo que podría volver a darle resultado.

Sainz, sin embargo, está confiado en que pueda superar todas las dificultades que se le presenten. Sobre todo porque la evolución del RS Q-tron E2 le da motivos para tener esperanzas. «No se puede comparar la situación actual con la de hace un año. La experiencia con el nuevo coche ayuda mucho, así que nuestros objetivos también están cambiando. En 2022 éramos prudentes, y ahora esperamos competir por los primeros puestos. El mayor reto sigue siendo el propio Dakar: cada día depara sorpresas», advertía el madrileño. No le falta razón: si algo ha enseñado el raid en sus cuatro décadas de historia es que cada edición trae sus propios hitos.

Barreda, solo ante el peligro

Otro clásico de cada Dakar desde hace unos años es la eterna candidatura de Joan Barreda. Esta vez puede ser su epílogo: está fuera de la estructura Honda, al menos de manera oficial. El fichaje de Adrien Van Beveren, uno de los grandísimos favoritos para la categoría de las dos ruedas, le sustituyó, lo que ha obligado a Bang Bang a montar su estructura propia. Tendrá la ayuda de Honda, de Monster Energy como patrocinador principal y su propia experiencia, pero una notable carencia de preparación. De hecho, su inscripción se realizó a última hora y casi no llega. Ya se plantea que este pueda ser su último Dakar, y quiere acabarlo a lo grande.

Solo tendrá que huir de sus problemas y, sobre todo, de las lesiones graves. El grave accidente que le hizo hundirse en el 2022, y que acabó con fractura de clavícula y pelvis, es lo primero que debe evitar. Aunque el rival a batir es Sam Sunderland y el casi todopoderoso ejército de KTM y su hermano no tan pequeño GasGas, con Kevin Benavides o Skyler Howes, amén de las propias Hondas de Ricky Brabec, Pablo Quintanilla o Nacho Cornejo entre otros, nadie se atreve a eliminar a Barreda de la lista de candidatos.