Los vínculos entre Maradona y Galicia

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El origen gallego de su apellido se remonta a Ribadeo, tras su retirada apareció en numerosos vídeos y fotografías con la camiseta del Deportivo y reconoció en su biografía que había roto un Teresa Herrera de la sala de trofeos del Barcelona

26 nov 2020 . Actualizado a las 13:29 h.

Una figura tan universal como Diego Maradona no podía pasar de puntillas por la historia del fútbol gallego. Los hilos que unen al Pelusa y a los clubes de esta esquina del Atlántico son múltiples y tan variados como la riquísima biografía de un jugador tan único como carismático. 

Su primer vínculo enraíza en el propio apellido del personaje. La investigadora Concepción Fernández aseguró en el 2004 en la revista universitaria «Evohé» que la familia del exfutbolista tiene sus orígenes en Lugo, posiblemente en un lugar del concello mariñano de Ribadeo. Concepción Fernández López, autora del artículo «Un apellido de Lugo: Maradona», sostiene que «este nombre que, llevado por un argentino, parece que suena italiano, es el de un lugar de la Mariña lucense, de la comarca de Ribadeo». Fernández López se apoya en el Diccionario Madoz, (el diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, editado en Madrid entre 1845 y 1850). Para esta investigadora, Maradona remite a «un lugar en la provincia de Lugo, ayuntamiento de Ribadeo y feligresía de San Pedro de Arante; con cinco vecinos y 26 almas», pero advierte de que el Nomenclátor oficial no lo registra actualmente.

 

El propio Maradona salió al paso de su posible origen gallego y hasta comentó que tenía la intención de visitar a sus (supuestos) familiares y conocer sus raíces.«Como ao final veña, ¡vaia festa!», afirmaba por aquel entonces Secundino Maradona, Lito, al pie de su casa en Villamartín Grande, y añadía sin perder la sonrisa: «Dende que saíu na televisión non paran de vir xornalistas».

 

Al final, el genio del balón nunca apareció por Ribadeo, pero sus vecinos nunca perdieron la esperanza. Así lo reconocían en un reportaje de La Voz en el 2007.

El Deportivo, A Coruña y el astro argentino también encuentran numerosos puntos en común. El primero, reconocido por el propio Maradona en su biografía «Yo soy El Diego». En su relato de uno de los numerosos episodios de enfrentamientos que mantuvo con la directiva del Barcelona, reconoció que rompió en la sala de trofeos del club un trofeo Teresa Herrera, el que se representa por medio de una Torre de Hércules, debido a que el entonces presidente José Luis Núñez se negaba a facilitarle el pasaporte para acudir a un partido homenaje a Paul Breitner. Así lo contaba el propio Maradona: «Agarré un Teresa Herrera, hermoso, y lo interrogué por última vez a Casaus...-¿No me da el pasaporte?-No, el presidente dice que no. Levanté lo más que pude el trofeo y lo tiré.... ¡Puuummbbb! Hizo un ruido...». Al final a Maradona no le dejaron viajar a aquel partido y lo recordaba así: «La cosa es que me devolvieron el pasaporte... y no nos dejaron ir al partido de Breitner. No sé, pero había una cláusula de la Federación. Pero les rompí un Teresa Herrera y me dieron el pasaporte; era anticonstitucional que se quedaran con él».

Son numerosos los vídeos y fotografías del exjugador con la camiseta del Deportivo. En el 2000, tras someterse a uno de los tratamientos médicos que pasó a lo largo de su atribulada vida, Maradona apareció públicamente con una camiseta del equipo coruñés que, según reconoció, le había prestado Turu Flores. «Quiero demostrarle a mi hija que no soy una boya. Me hizo prometerle que para sus quince estaría flaco. ¡Que fe me tenés!, le dije», contestó a un periodista que le abordó en la calle mientras caminaba embutido en una elástica deportivista.

 

La noticia de su fallecimiento provocó también un reguero de condolencias entre algunas de las más destacadas leyendas del fútbol, muchas con pasado ilustre por Galicia, como Bebeto.

 

Recientemente, incluso un artículo periodístico del diario As se había referido a que cuando Diego Maradona contaba apenas 16 años el Celta habría sopesado su fichaje. Según se relata, los caminos del club vigués y del astro argentino estuvieron a punto de confluir en 1977, pero las dudas de apostar por una promesa juvenil fueron muy fuertes e impidieron que el Pelusa aterrizase en Vigo con 16 años. Finalmente el Celta prefirió a un otro delantero más veterano, antes que a la entonces promesa emergente de la Liga argentina.