El Barcelona estuvo mejor en la primera parte que en la segunda, donde se le notó el cansancio por los partidos acumulados. No se sintió nada cómodo con el Sevilla, muy organizado y con jugadores fuertes que defienden muy arriba pero también se muestran poderosos atrás. Lo intentó el Barcelona, pero no encontró el camino. Todavía le cuesta un poco. El Sevilla fue a lo suyo y a salir a la contra, pero tampoco tuvo grandes oportunidades. Ahora el Barça de Koeman es muy disciplinado en la posición y los movimientos de los jugadores y del balón. También es bastante creativo, pero le costó porque no tuvo fluidez en la velocidad y la fuerza. Se mostró cansado y con las ideas poco claras. Los jugadores nuevos, como Pedri, deben adaptarse a los que ya estaban y asimilan las ideas más rápido. Las claves del partido para el Barcelona han sido claras: el duro rival, el cansancio, la altura de temporada a la que nos encontramos y la adaptación de determinados jugadores. Se vieron ciertos desajustes, pero parece que el juego y la idea la acabará consiguiendo. Otra cosa es que veremos si tiene gol. Porque Messi no va a alcanzar las cifras de años anteriores. Y para ganar la espalda a la defensa y el espacio entre la zaga y el portero ya tenía a Luis Suárez y ahora no hay otro futbolista que le dé eso a Koeman. Salvo que esa función goleadora la cumpla la segunda línea, puede que se encuentre con un problema.