Un Compos a imagen de su autor

Ignacio Javier Calvo Ríos
NASO CALVO SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

BRAIS FERNANDEZ

Yago Iglesias y sus ayudantes configuraron una plantilla de calidad y experiencia

27 jul 2020 . Actualizado a las 16:07 h.

Yago Iglesias llegó a Santiago con las ideas muy claras. Quería ganar y ascender, pero no a cualquier precio. Su deseo era cambiar de categoría, alcanzar el ansiado objetivo del Compostela, pero con sus ideas, con la intención de que este equipo fuese recordado por su gran fútbol, un juego que practicó con criterio, con gran asociación entre sus futbolistas y con un desarrollo combinativo que le hizo ganar prestigio dentro y fuera del terreno de juego. En los malos momentos, que los hubo, el técnico no cambió su idea. Fue fiel a sus principios, a su filosofía del buen gusto futbolístico. El Compos jugó de verdad al fútbol y buscó la portería contraria en todo momento. 

Máxima ilusión 

El cuarto proyecto comenzó con la misma fuerza que los tres anteriores

 El entrenador arrancó su cuarto proyecto con la misma ilusión que los tres anteriores, sabiendo que no podía fallar de nuevo en el intento de cambiar de categoría. Acompañado siempre por Rodri Veiga, el segundo entrenador, y Álex Otero, el preparador físico, Yago Iglesias puso de nuevo en marcha la maquinaria compostelanista, aunque esta vez su renovación fue con condiciones deportivas que a la postre se tradujeron en el ascenso. 

IDÉNTICA FILOSOFÍA

El Compos nunca renunció a su estilo 

El Compos no pudo ascender en la segunda temporada de Yago Iglesias en el banquillo. Después de realizar un campeonato casi perfecto, cantando el alirón en el grupo primero de Tercera División, en el play off las cosas se torcieron. En la eliminatoria de campeones le tocó el peor rival, el Espanyol B. Luego remontó frente al Terrassa, pero cuando lo tenía todo para subir a Segunda B, con San Lázaro a tope de gente, el Salmantino echó por la borda el duro trabajo de diez meses. 

importantes refuerzos

Contó con la mejor plantilla de sus cuatro temporadas 

Antes de comenzar el campeonato, Yago Iglesias lo dijo en voz alta: «Tengo la mejor plantilla de estos cuatro años, por primera vez cuento con la plantilla que yo quería». Por lo tanto, ya no había disculpas. Este curso debía ascender, sí o sí. Desde el primer instante, el Compos se posicionó como claro favorito al título. El director deportivo, Manuel Castiñeiras, le puso a Yago Iglesias en el vestuario todas aquellas piezas por los que el técnico suspiraba. El plantel, más equilibrado que nunca, asumió desde el primer segundo que el ascenso era el único objetivo. 

REFUERZOS DE NIVEL

Llegaron futbolistas con experiencia y mucho recorrido 

Los refuerzos que llegaron el pasado verano a Santiago venían con un gran currículo, con mucho recorrido en Tercera División y en Segunda B. El Compos apostó firmemente por jugadores con importante palmarés, pues no quería que sucediese lo de las dos temporadas anteriores en las que el equipo perdió el ascenso por errores poco frecuentes y por la falta de experiencia. Por eso, arribaron a San Lázaro deportistas con muchos galones y curtidos en mil batallas, como el veterano cancerbero Pato Guillén, el defensa central David Soto y los centrocampistas Pablo Antas, Roberto Baleato y Hugo Sanmartín. Experiencia, calidad y muchos años de vuelo. 

PATO GUILLÉN

Sin rotaciones en la portería 

Iglesias siempre fue amigo de darle las mismas oportunidades a los dos porteros de la plantilla, jugando un número similar de partidos a lo largo de la temporada. Sin embargo, este curso no hubo rotaciones. Llegó Pato Guillén y nadie cuestionó su titularidad. La enorme fiabilidad del cancerbero uruguayo y de su defensa no permitió ni un solo relevo a lo largo del campeonato. El Compos fue el equipo menos batido de la categoría.