Solo Keylor Navas se gana el idulto en una nueva derrota del Real Madrid en pretemporada

Colpisa

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RONALD WITTEK | EFE

El tico aprovecha la ausencia de Courtois para reivindicarse en un Madrid cuya mejoría a vuelta de vestuarios fue insuficiente tras la apática imagen que volvió a mostrar en la primera parte

30 jul 2019 . Actualizado a las 21:19 h.

Ni la escabechina que le hizo el Atlético en Nueva Jersey persuadió al Real Madrid de que sin intensidad, compromiso y concentración es imposible competir en el fútbol de élite. Penalizado por los mismos pecados que le enterraron el curso pasado y amenazan con sepultarle de nuevo en el que ya asoma de no mediar un propósito de enmienda que sólo se vio en la segunda parte, los blancos dilapidaron la primera ante el Tottenham en un nuevo ejercicio de apatía devenido en herejía cuando enfrente se halla todo un subcampeón de Europa. Mucho más rodados, con su estreno en la Premier a la vuelta de la esquina, los 'Spurs' infligieron la tercera derrota de la pretemporada al equipo de Zidane, que perdió una ocasión de resarcirse tras la humillación a que le sometió días atrás su rival de la capital y agudizó las dudas sobre un proyecto tocado ya antes de que la campaña dé su pistoletazo de salida.

De no contar con tan negro precedente, lo sucedido en el Allianz Arena apenas pasaría de anécdota, pero viniendo de tamaño vapuleo, carga de argumentos a quienes agitan el fantasma de la crisis. Tiene trabajo por delante Zidane en las dos semanas y media que restan para el inicio de la Liga, pero sigue remiso a variar su hoja de ruta.

En un escenario que allanó el camino a la 'décima', la 'duodécima' y la 'decimotercera', el marsellés ratificó su apuesta por la vieja guardia y refrendó su alergia a las revoluciones. La zaga y el portero del trienio de 'orejonas' sin freno, Modric y Kroos en la sala de máquinas y Benzema como referente de un frente de ataque en el que irrumpieron dos fichajes, Hazard y Rodrygo. Para un Madrid que salió adormilado los tres choques anteriores, ya supuso una sorpresa que fuese el Tottenham el encargado de cometer la primera pifia, cuando Benzema estuvo a un tris de cazar una mala entrega de Vertonghen a Gazzaniga. Modric se soldarizó con el despropósito del central belga cediendo un balón a Keylor Navas de un modo que no es permisible ni en infantiles.

Errores de principiante

El Tottenham se hizo enseguida con el mando ante un Madrid en el que Hazard se movía más por el centro, dejando a Rodrygo el costado izquierdo. Los blancos precisan que el belga opere como dinamizador de un ataque previsible hasta la saciedad. Pero sin creación de juego ni su inmenso talento socorrerá a un conjunto que sigue famélico en la medular. Modric y Kroos naufragaron una vez más. Sin ancla que les guarde las espaldas, ni elaboran ni sostienen. Casemiro, cogiendo forma en Valdebebas, es imprescindible aun si llega Pogba.

Pero la debilidad en el centro del campo no es ni mucho menos el único mal recurrente de los blancos, que siguen lastrados por errores de principiante. En esa faceta se lleva la palma Marcelo, que vivió un 'déjà vu' cuando acudió al rescate de una bola que se iba fuera y sirvió en bandeja el gol a Harry Kane. Era el 30 de julio de 2019 y el Allianz Arena, pero bien podía ser el 15 de agosto de 2018 en Tallín, cuando una Supercopa de Europa encarrilada se fue por el desagüe para regocijo rojiblanco. Si el 'killer' inglés llega a ajustar el disparo tras un fantástico pase de Lamela, el destrozo para un Madrid al que ya había salvado en varias ocasiones Keylor Navas hubiese sido mayor.

La libertad de Lamela no era sino el producto de la desidia en la presión de los futbolistas de Zidane, otro pecado que va camino de ser endémico, como la renuencia a golpear a la mínima oportunidad, algo que no se ve desde la fuga de Cristiano Ronaldo. El primer remate lo ejecutó Kroos y apenas fue digno de tal nombre por lo timorato. Probó asimismo Hazard, también con nula fortuna. Y aunque Benzema tuvo una buena oportunidad tras una contra liderada por Hazard, su disparo con la zurda cogió demasiada altura.

No viró de hombres Zidane en el descanso. Tiene claro su ejército y se inmolará con él si hace falta. Sí refrescó su once Pochettino pese a que el asfixiado en el primer tiempo fue el Madrid. Mejoraron en cualquier caso los blancos, que elevaron líneas, acudieron por fin a la refriega y obligaron al menos a que su rival se enfundase el uniforme de combate. Amenazaron Benzema y Hazard, reforzados por Vinicius alcanzado el ecuador de la segunda parte mientras Valverde aportaba el brío del que carece Kroos. Pero de nuevo Keylor Navas tuvo que evitar que Son, Harry Kane y Dele Alli agrandasen la brecha con sus reflejos felinos. El costarricense fue de largo el mejor de su equipo, sacando provecho de la ausencia por lesión de Courtois, al que de nuevo comprometerá si el belga no eleva sus prestaciones por mucho que Zidane y la directiva le hayan revestido de galones. Sólo el arquero al que enseñaron la puerta de salida mereció el indulto en otro día para la zozobra del madridismo.