-Es entrenadora y fue árbitra.
-Pité del 2002 al 2011. A veces pienso: «Qué complicado lo tenía una mujer antes...». Lo pasé muchas veces mal. Me pegaron, me escupieron, me amenazaron, la policía me tuvo que escoltar hasta la autopista...
-¿Por qué soportó eso?
-Yo tenía 13 años, pero también mucho carácter y personalidad. Creían que podían influirme...
-¿Qué le decía su madre?
-No venía a verme arbitrar. Y menos mal. Tampoco se lo decía al llegar a casa. Paso de esas situaciones. Respondo en el campo. Es más, doy las gracias a todos los que me pusieron trabas...
-¿Qué le pasa al fútbol que genera delincuentes de ese tipo?
-Hay pasiones que se desmadran y son incontrolables, descargan su ira. No entienden que sin árbitros no hay fútbol.
-No hemos avanzado nada en contra el machismo. Decimos que sí, pero hay premios femeninos que son vibradores...
-Y lo que no se sabe... Pero sí pienso que avanzamos y cada vez se exponen más estos casos. Me da pena que yo ya no viviré la normalidad.
-Pues no como jugadora...
-También pienso que seré entrenadora del Deportivo cuando gane la Liga Iberdrola, je, je.
-Segunda profecía de Míriam...
-Pero aún me queda mucho. Y al Dépor. No pasará como con el Olivo. La apuesta es muy fuerte y nació para quedarse.
-Usted lo vio nacer. Jugaba en el Orzán con Manu de entrenador. ¿Le dijo «llévame al Dépor»?
-No. Me empezó a entrenar en el 2008. Empezábamos los dos y mira dónde hemos llegado. Pero esos meses estábamos muy centrados en salvar la categoría con el Orzán, para que el convenio se hiciese efectivo.
-¿Y no le daba vueltas a la cabeza?
-Un poco sí, pero nunca le dije nada. Yo pensaba que me iban a querer. Con mi trayectoria, no iba a decantar la balanza en dos meses.
-¿Cómo vivió el ascenso alejada?
-En un bar con una peña del Dépor con el que tengo una estrecha relación. Éramos 25. Íbamos 1-6 en el global y me estaba mordiendo las uñas. Acabó y me puse a llorar. Todo el rato.
-La agenda de Míriam Ríos no permite muchos alardes en cuestiones de ocio.¿Qué se le da fatal?
-La ortografía. Soy muy de números. Eso sí se me da bien. Las matemáticas, el cálculo mental. Me gusta. También se me dan bien los deportes, por muy diferentes que sean.
-¿Cocina?
-Cuando tengo ganas y tiempo. La tortilla de patatas estilo Betanzos me sale genial. Hay más platos. Me atrevo con todo.
-¿Es manitas?
-Soy de las que instalan todo sin leer las instrucciones. Me digo: «A ver si mi cabeza funciona bien».
-¿Viaja?
-Me encantaría. Pero, o no tengo dinero, o no tengo tiempo, o ninguno de los dos. Lo haré. Además, ya no me acuerdo la última vez que tuve vacaciones.
-¿Qué cultura consume?
-El universo Harry Potter me gusta. No tengo mucho tiempo para ver series o leer. Música, sobre todo. La pongo para ir a trabajar cuando me levanto a las 6.30 horas. En ese caso, tecno, para espabilar.
-¿Es remolona?
-Al contrario. A veces me levanto antes de que suene el despertador. Pero necesito mucho tiempo para que mi cuerpo despierte. Desayuno con calma, aunque no en abundancia.
-Como entrenadora, ¿qué es lo que más valora?
-Juego con niñas a las que he entrenado (Carlota, Lara...) y saben que la honestidad y la actitud. Dejé fuera jugadoras muy buenas técnicamente solo por su actitud.
-¿Y fuera del banquillo?
-La familia. Si fuese necesario, dejaría el fútbol por ella.