La locura de Gravesen: de partirle un diente a Ronaldo a perder 54 millones en el juego

DEPORTES

STEVE PARKIN

El futbolista del Real Madrid en la época de los «Galácticos» publica una biografía donde revela todas las rarezas de «El Ogro»

15 feb 2019 . Actualizado a las 20:03 h.

Thomas Gravesen fue jugador del Real Madrid en la época de los galácticos. Apenas un año de vinculación, entre el 2005 y el 2006, sirvieron para descubrir un sinfín de rarezas y peculiaridades en el futbolista danés. Es ahora, gracias a la biografía Perro loco Gravesen (Mad Dog Gravesen: The Last of the Modern Footballing Mavericks), cuando podemos conocer las innumerables extravagancias de su vida.

El futbolista danés llegó a España después de que el Real Madrid abonase 3,5 millones de euros por él en el mercado invernal del 2005. A pesar de no destacar por su buen juego o gran aportación al equipo, Gravesen caló hondo en el conjunto blanco. Su fuerte carácter y extraña forma de comportarse en el campo fueron protagonistas en muchos programas deportivos, donde llegó a popularizar la comentada gravesinha.

Fabio Capello fue el técnico que le puso la cruz y le abrió la puerta de salida del Real Madrid después de una fuerte discusión con Robinho en plena concentración, y que le llevó a ser traspasado al Celtic de Glasgow. 

Trabajó como vendedor de recambios de coches

A la vez que la popularidad cómo futbolista de Gravesen crecía como futbolista, su singularidad como persona lo hacía a la misma velocidad. En una de sus primeras entrevistas como profesional, reconoció que buscó trabajo en una tienda de recambios de piezas para coches con el objetivo de mantener la disciplina de cumplir horarios y alejar una fiebre consumista reconocida. «Necesito saber que el despertador suena por la mañana o de lo contrario nunca me iré a la cama», reconocía.

Hasta entonces, vivió un periodo de tres o cuatro meses en los que no trabajaba y, como él mismo reconoció «solo dormía por la mañana y no podía dormir por la noche», algo que le afectó en el juego. «Cambié y pude notar que mi juego estaba empeorando y mi condición física empeoró».

Le rompió un diente de Ronaldo

Gravesen llegó al Real Madrid en el mercado de invierno del 2015 después de convertirse en toda una revelación futbolística en el Everton y en la selección danesa. Llegó a un vestuario cargado de estrellas como Ronaldo, Zidane, Figo o Beckham. No tardó en dejar de pasar desapercibido, hasta el punto de ganarse el apodo de «El Ogro», por su mal carácter.Durante un entrenamiento con el conjunto blanco, el futbolista danés se picó con Ronaldo, lo zarandeó, lo tiró al suelo y cuando lo levantó le rompió un diente de un cabezazo.

BENITO ORDOÑEZ

Una vida como jugador de póker

Después de retirarse, Gravesen se mudó a vivir a Las Vegas rodeado de todo lujo, en una urbanización en la que tenía como vecinos a André Agassi, Steffi Graf o el actor Nicolas Cage. Conducía un Mercedes tan exclusivo que solo existían dos mil en todo el mundo como el de él. Allí continuó amasando una gran fortuna cambiando el balón por el póker. Algunos testimonios han llegado a revelar que el danés llegó a ganar 80 millones de dólares en una partida, pero también llegó a perder 54 en una sola noche.

Guerra de fuegos artificiales con Rooney

Su paso por el Everton también dejó anécdotas de lo más llamativas en la biografía de este peculiar futbolista. La guerra de egos entre el joven Gravesen y el veterano Rooney acabó, tal y como relata el libro, en una guerra de cohetes en un gimnasio. Su entrenador en esa época, David Moyes, recordó aquel momento afirmando que «ocurrió en un viejo gimnasio, de poco más de 50 metros. Thomas y Wayne, se estaban disparando fuegos artificiales el uno al otro. Tenían grandes cohetes llenos de pólvora, sostenían un extremo y se disparaban uno a otro».

Una novia actriz porno 

Nada parecía «normal» en la vida de Gravesen. Todo conllevaba algún tipo de peculiaridad y su vida amorosa no podía ser para menos. Su primera novia dijo sobre él que era un chico tímido y que no se había atrevido ni siquiera a pedirle su teléfono, algo que se desmoronó cuando comenzó una relación con la actriz porno Kira Eggers, que no quiso participar en su biografía.