Adrián Ben: «Mi ambición no es ganar dinero»

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Adrián Ben, atleta gallego del FC Barcelona
Adrián Ben, atleta gallego del FC Barcelona Abraldes

El corredor viveirense será el único representante español en el 1.500 del Europeo de Berlín

30 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Apunta a figura. Por lo de pronto ya atesora casi una decena de entorchados nacionales (1 cadete, 3 juveniles, 3 júniors y 1 sub-23) y hasta ocho plusmarcas gallegas en diferentes categorías y distancias. Su última hazaña ha sido conquistar la medalla de bronce en el campeonato de España absoluto y discutir la de plata al reputado Adel Mechaal. En solo unos días, Adrián Ben Montenegro (Viveiro, 1998) tratará de plasmar su meteórica progresión en el Campeonato de Europa que se celebrará en Berlín, donde será la única baza española en los 1.500 metros. Un reto superlativo, el mayor de su carrera, que el atleta viveirense del FC Barcelona analiza con la humildad y la sensatez que le caracterizan.

-¿Recuerda quién fue la primera persona en decirle que tenía madera de atleta y que podía llegar lejos?

-Luis Ramallal, el profesor de gimnasia en el colegio Santa Rita de Galdo, en Viveiro. Cuando gané mi primera carrera, con 7 años, habló con mis padres para decirles que tenía sitio para mí en el equipo de atletismo del centro.

-Por sus cualidades y su tesón podría haber destacado en el deporte que se propusiera.

-Siempre tuve aptitudes para el deporte y probé de todo. Jugué al fútbol, al baloncesto, al bádminton..., incluso al tenis, pero lo que me apasionaba de verdad era correr. Lo que más me gustó desde siempre fue el deporte rey.

-¿El deporte rey? Así llaman al fútbol.

-Así llaman al fútbol en España, pero el deporte rey, el más antiguo en el mundo, es el atletismo y así se hace constar en los libros de historia.

-Si hubiera sido futbolista quizás ahora estaría ganando bastante dinero.

-Puede ser, pero mi ambición no es ganar mucho dinero. Lo que me hace feliz es ser atleta y seguir luchando por el sueño que tengo desde niño, que es ser olímpico. Me levanto cada día contento por haber elegido este camino y muy agradecido a mis padres por haberme dado la oportunidad. Su apoyo ha sido clave cuando entrenaba solo en Viveiro.

-Creo que tiene una anécdota graciosa de su primera carrera en una pista de atletismo.

-(Risas). Fue en Lugo. Creí que el toque de campana era para indicar que la carrera había terminado, así que levanté los brazos para celebrar la victoria, miré a la grada y allí vi a mi madre gritando: ‘corre, sigue...’ Creo que éramos ocho participantes, me pasaron todos y acabé cuarto. Tendría ocho años.

-¿Tenía algún ídolo cuando era niño?

-Entonces se hablaba mucho de Fermín Cacho por su victoria en los Juegos de Barcelona y lo admiraba, pero tampoco lo tenía como un ídolo.

-Hasta hace un par de años apenas pisaba el tartán y entrenaba en solitario por el paseo marítimo de Viveiro. ¿Eso le hizo más fuerte?

-Mucho más fuerte. Fue una época dura que me ayudó a madurar psicológicamente y a entender definitivamente el sacrificio como una parte esencial del atletismo. Ahora cuando vuelvo a Viveiro y recuerdo aquello me parece increíble que pudiera resistir.

-El tren que esperaba pasó con su fichaje por el Barça y el traslado a la Residencia Blume.

-El cambio fue considerable. Un gran punto de inflexión en mi carrera que me ha permitido seguir haciendo lo que me gusta en unas condiciones óptimas y dar un gran estirón como atleta.

-Por cierto, ¿cómo lleva un madridista defender el escudo del FC Barcelona?

-Sin ningún problema, con mucha naturalidad. No hay que confundir el tocino con la velocidad. Aun sin ser muy futbolero, es verdad que me gusta el Real Madrid, pero estoy muy orgulloso de competir para el Barcelona. La profesionalidad está siempre por encima de los gustos personales. En el Barça me cuidan y siempre daré la cara por su escudo.

-Soplará las velas en Berlín. ¿Estar en el Europeo es el mejor regalo por su 20 cumpleaños?

-De regalo nada, que me costó lo suyo. Lo veo como un premio, la recompensa al esfuerzo y el trabajo de muchos meses tanto por mi parte como por la de mi entrenador.

-Será su primera participación en un Europeo absoluto. ¿No hay lugar al fracaso?

-Correré las semifinales como si fuera la gran final, no tengo nada que perder. Hay muchos participantes con marcas mucho mejores que la mía, de 3:32 y 3:33, así que si la carrera es rápida estoy fastidiado y si es lenta lo daré todo por estar en la final, que sería una sorpresa.

-Una última. ¿Goza de buena salud el atletismo gallego? La delegación irmandiña en Berlín la componen seis atletas.

-Vamos a más. Los atletas jóvenes que vienen por detrás, como Raquel Meaño, Lucía Sicre, Pedro Osorio, Elián Numa..., lo hacen pisando muy fuerte y los que están arriba, como Solange Pereira o Lidia Parada, son muy buenos, así que esto va hacia arriba. Seguro que la delegación gallega hace un buen papel en el Europeo de Berlín.

EN CORTO

-¿Es muy activo en las redes sociales?

-Las utilizo con bastante frecuencia y creo que son una buena herramienta de socialización y comunicación. Pero no soy un adicto.

-¿Twitter, Facebook o Instragram?

-Instagram, sin duda.

-¿En qué emplea el poco tiempo libre que le dejan el atletismo y los estudios de fisioterapia?

-Depende del momento del día y de las energías que tenga. Me relaja mucho pasear, tomar algo, ir al cine, leer, jugar a la Play...

-Una película.

-The Equalizer: El Protector.

-Un actor.

-Denzel Washington.

-¿Tiene mascota?

-Beiro, un perro de aguas. Con tres meses lo llevé a correr conmigo por la playa 50 minutos y aguantó como un campeón.

-¿Es de los que se motiva con música antes de competir?

-Sí, aunque no me gusta calentar con los auriculares.

-¿Y qué escucha?

-De todo, no tengo preferencias. Normalmente la música la escucho en Youtube y suelo inclinarme por las tendencias del momento.

-¿Tiene alguna manía?

-No. Lo único que cuando gano una carrera a la siguiente trato de hacer las mismas cosas. Nada más.

-Una comida.

-Pulpo a la gallega.

-Una bebida.

-El Nestea.

-¿Bebe alcohol?

-No me gusta, pero si algún día toca festejar algo prefiero la cerveza.