Inquietan también a los alemanes las rachas de Zinedine Zidane. Una contra el Bayern, al que apeó dos veces como futbolista del Real Madrid, otra como ayudante de Ancelotti y una más como primer entrenador; y otra en sus dos años y medio como técnico en la máxima competición continental, donde ha superado todas las eliminatorias. Reafirmado por el éxito de sus decisiones en el pulso de octavos con el PSG y por el sólido partido que completó con el once de Cardiff en Turín, Zizou ha dinamitado los escalafones del vestuario, dando paso a futbolistas como Asensio o Lucas Vázquez en detrimento de estrellas que parecían intocables, como Bale. La presencia de Benzema es la principal duda en la alineación de Zidane, que tendrá que decantarse por dar otra oportunidad a su nueve predilecto o apostar por el trabajo y la versatilidad de cualquiera de los dos agitadores que han contribuido a los mejores minutos del Real Madrid esta temporada, además de que solidificaría las bandas para dificultar las acometidas de Robben y Ribéry.
El técnico que rescató al Bayern
Otrora bestia negra del ya doce veces rey de Europa, el Bayern se aferra a su gran estado de forma para intentar regresar a una final de la Champions que no pisa desde que se proclamó campeón en 2013. Cuenta para ello con Jupp Heynckes. El viejo zorro salió de su retiro para rescatar a un Bayern que se consumía por la guerra entre pesos pesados del plantel con Ancelotti. Desde su retorno, solo ha perdido dos partidos, ninguno de ellos en la Champions, beneficiado por el cambio de dibujo y la rehabilitación de James o Sven Ulreich, que se ha revelado como un sólido guardameta en ausencia de Manuel Neuer.