Los seis presidentes de federaciones autonómicas imputados en el caso Soule que le apoyaron todavía esperan conocer su futuro sin saber si serán inhabilitados
21 feb 2018 . Actualizado a las 16:58 h.La candidatura de Luis Rubiales a la presidencia de la Federación Española de Fútbol (RFEF) está manchada con el apoyo explícito de media docena de dirigentes imputados en el caso Soule. Se trata de los todavía presidentes de las federaciones autonómicas de Valencia (Vicente Muñoz), La Rioja (Jacinto Andrés Alonso), Murcia (José Miguel Monje), Ceuta (Antonio García Gaona), Melilla (Diego Martínez) y Cantabria (José Peláez). Todos respaldaron a Rubiales en su afán de tomar poder del fútbol español, curiosos compañeros de viaje en el supuesto intento por regenerar la institución que controló durante casi tres decenios Ángel María Villar.
Todos ellos, además, han sido señalados en el caso Soule como presuntos autores de delitos relacionados con la gestión irregular de la Federación Española de Fútbol, situación que dio con Ángel María Villar en la cárcel de forma preventiva, más tarde suspendido de forma temporal y por último destituido definitivamente.
Pero a pesar de tan crítica situación judicial, ninguno de los seis barones del fútbol español que apoyaron a Luis Rubiales será suspendido por el CSD, ya que se acogieron a una paradójica estrategia: dimitir para seguir mandando. El verano pasado, dimitieron de sus cargos en la junta de la RFEF, de modo que, a juicio de la Abogacía del Estado, ya no pueden ser suspendidos. Esta es la polémica sorprendente línea que ha seguido la comisión directiva del CSD de Lete y de su superior Íñigo Méndez de Vigo tras el expediente abierto por el TAD.
Sin embargo, no se han hecho a un lado ni mucho menos, ya que continúan siendo asambleístas de la RFEF con derecho a voto en las elecciones a la presidencia, en caso de que el Consejo de Estado no ordene repetir todo el proceso. La decisión sobre el futuro de los seis dirigentes federativos corresponde ahora a las comunidades autónomas, en virtud de su ley del deporte. Estas son las consecuencias de la dimisión en masa de los seis, entonces miembros de la junta de la federación, desde el 23 de agosto. En total, renunciaron aquellos días catorce presidentes. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, la situación exige una pronta actuación.
Investigados por el juez Pedraz por estafa, corrupción y apropiación indebida
Los delitos por los que están siendo investigados los seis barones que respaldan a Luis Rubiales llevaron a Ángel María Villar a la cárcel el pasado 20 de julio.
En la misma pieza, el juez Pedraz incluyó la imputación de Jacinto Andrés Alonso, José Miguel Monje, Diego Martínez, Antonio García Gaona, Vicente Muñoz y José Ángel Peláez por presuntos delitos de administración desleal, apropiación indebida, estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares.
En concreto, Jacinto Alonso vendía seguros Helvetia, a la RFEF y entidades vinculadas por casi 2 millones de euros. Despidió a un trabajador para colocar a su primo. Monje creó la Clínica del Deporte en Murcia y facturó 600.000 euros a la Mutualidad. Diego Martínez colocó a su hijo en la Mutualidad de Melilla. Antonio García Gaona administra viajes Trujillo en Ceuta, que facturó a la Mutualidad y la RFEF más de 600.000 euros. Lo mismo hacía Vicente Muñoz en Valencia, unos dos millones facturó con Viajes Vacança a la RFEF y a la Mutualidad. José Ángel Peláez, que también apoyó a Rubiales en la moción de censura, está imputado por la desaparición momentánea de 210.000 euros de unos campos de fútbol.
El juez consideraba que Villar podría haber beneficiado «a algunos de los presidentes de las federaciones territoriales en cuyo ámbito no tenía asegurado el apoyo, disponiendo del patrimonio ajeno que administra de la federación con el objetivo de garantizar la mayoría necesaria para ser reelegido».