El mejor de una gran final

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

NEIL HALL | EFE

20 nov 2017 . Actualizado a las 09:16 h.

n un extraordinario partido, Dimitrov ha conseguido doctorarse en Londres ante un gran rival como David Goffin. El partido se inició, con los nervios lógicos de dos tenistas que jugaban por primera vez una final de un torneo de la importancia del Masters, de ahí que en los tres primeros juegos ninguno lograse adjudicarse su servicio. Goffin que consiguió ponerse 3-1 por delante, no fue capaz de mantener la ventaja ante el búlgaro, que a pesar de que no comenzó bien el partido, mantuvo en todo momento una actitud positiva, que le permitió remontar y ganar el primer set.

El segundo se inició de forma diferente, con ambos jugadores manteniendo el servicio. El partido adquirió entonces un ritmo trepidante con Goffin afinando su conocida anticipación y siendo más agresivo con mejor porcentaje de primeros saques y con subidas a la red, logrando igualar el marcador.

Y en el tercero, ambos jugadores, a pesar del cansancio, mantuvieron un gran nivel, con tantos espectaculares. Goffin ponía el ritmo, la agresividad, pero su porcentaje de primeros saque descendió, y con segundos Dimitrov que ha mejorado mucho el resto le penalizaba. El búlgaro, que ha mejorado enormemente su concentración, y la capacidad de sufrir defensivamente aprovechó un momento de descontrol del belga.

Excelente final, con los altibajos propios de los nervios de dos debutantes que se jugaban mucho. Jugadores de edades similares, pero que han llegado a lo mas alto por caminos diferentes.

Dimitrov, como la eterna promesa que hasta este año no acababa de cumplir las expectativas que se esperaba de sus extraordinarias condiciones, mientras Goffin ha ido creciendo de forma mas discreta y silenciosa hasta convertirse en un jugador temible. Su final de temporada, tras la lesión de Roland Garros tiene un mérito enorme, como mérito tiene el gran trabajo de Vallverdú con Dimitrov, ordenando su juego, equilibrando su carácter, mejorando su resistencia, y convenciéndolo de que aún está a tiempo de lograr todo lo bueno que apuntaba de junior.