Baloncesto Arranca la exigente Euroliga de treinta jornadas de fase regular, con cinco equipos españoles entre los 16 participantes
12 oct 2017 . Actualizado a las 09:28 h.Superó con nota un nuevo formato y a partir de hoy tratará de confirmar lo apuntado la temporada pasada. La enésima prueba para definir al mejor equipo del baloncesto europeo resultó un éxito, una competición de altura, un todos contra todos tan extenuante como atractivo para el espectador, resuelto, eso sí, a la manera tradicional: play off de cuartos de final y final a cuatro.
En esa ocasión, la Euroliga tiene más color español que nunca, con 5 de los 16 participantes. Al Real Madrid, Barcelona y Baskonia, los tres con licencia A (plaza fija) se le han unido el Valencia, como campeón de Liga, y el Unicaja, por llevarse la Eurocup, junto al Khimki, las novedades con respecto a la campaña pasada, de la que se han caído Darussafaka, Galatasaray y Unics Kazan.
Guerra con la FIBA
Respondió el espectáculo en un torneo que conquistó por primera vez en su historia el Fenerbahce -ventajas de jugar como local y de tener a Obradovic-, hasta el punto de que da la impresión de que los participantes han dado un salto adelante en su potencial, necesario para afrontar el reto europeo y responder en sus competiciones domésticas. Cierto, un torneo elitista, en el que los participantes no necesariamente toman parte como resultado del potencial deportivo, con televisión de pago y que, eso sí, amenaza seriamente con arrinconar aún más a buena parte de las competiciones nacionales. Además, claro, del conflicto abierto con la FIBA por las famosas ventanas, esas fechas que se para partidos de selecciones y que coinciden con jornada de la Euroliga.
Los favoritos
Al margen de una guerra que debilita extraordinariamente al baloncesto FIBA, hoy arranca la competición que más se acerca a una NBA a la europea, un torneo en el que los dos últimos campeones -CSKA y Fenerbahce- entran en todas las quinielas como favoritos. Los primeros, con un enorme potencial económico, han perdido a Teodosic pero han fichado a Sergio Rodríguez, además de mantener a De Colo y reforzarse con Hunter, Westermann y Clyburn. Bogdanovic y Udoh se han ido a la NBA, pero los turcos cuentan con Obradovic -9 Euroligas en su haber- en el banquillo.
No son los únicos candidatos. El Real Madrid de Laso ha estado presente en las cuatro de las cinco últimas Final Four y no hay motivos para pensar que no estará en el 2018. Con Doncic en crecimiento imparable -quizá sea su última temporadas en Europa- y a la espera del regreso de Llull, tiene en Campazzo, Causeur, Kuzmic y Yusta sus caras nuevas, aire fresco para sortear un revolcón como el que le dio el Valencia en la final de la ACB.
Las alternativas
Tras el batacazo de la campaña pasada con Bartzokas en el banquillo, el Barcelona ha renovado por completo su plantilla. De la mano de Sito Alonso y del gallego Óscar Lata en el banquillo necesita volver al primer plano. Para ello han llegado Hanga, Oriola, los franceses Heurtel y Seraphin y Sanders. Junto a los guerreros del Olympiakos del eterno Spanoulis y al Panathinaikos de Calathes -con Xavi Pascual ha recuperado la hegemonía en Grecia- parecen en condiciones de luchar por una plaza en la Final Four.
Los españoles
Valencia y Unicaja, por primera vez, encaran el esfuerzo de una doble Liga regular (Euroliga y ACB). Si la campaña pasada le pasó factura a un Baskonia que llegó al final con la reserva encendida, en esta podría ocurrirle lo mismo al flamante campeón de la ACB, un Valencia reforzado con Williams, Pleiss, el anotador Erik Green y el gallego Alberto Abalde, y con un mayor potencial de plantilla que un Unicaja al que siempre le ha costado compatibilizar ACB y Europa, sobre todo ahora, en un torneo que quizá falten algunos y no represente todo el baloncesto europeo, pero en el que todos los que toman parte han hecho méritos para estar.