Se trata de los dos clubes más importantes del mundo. Y eso puede llegar a condicionar el desarrollo del primer juego, atendiendo al sistema de competición. Es decir, al ser ida y vuelta, la seguridad y el intentar no equivocarse posiblemente tengan mucho peso. A partir de ahí, dos circunstancias claras: la primera, a ver de qué manera pretende el Barça desajustar al Real Madrid ahora que no está Neymar; y, por otra parte, a ver cómo va a manifestarse en el campo el equipo de Zidane. Ahora mismo el Real Madrid se ha transformado en el Real Madrid de los centrocampistas. Los mejores jugadores del mundo, en esa posición, están en el Madrid y, por ahí, podrían verse cambiadas las tornas en el sentido de que no sería para nada extraño verlo protagonista en el campo y que amenace una y otra vez la estructura defensiva del Barcelona. Pero, como el partido se juega en Barcelona y, por la esencia de ambos conjuntos, muy probablemente el Madrid vaya a disponer de muchas veces de la pelota. Este equipo puede gobernar ya la totalidad de minutos de todos los partidos a través de una buena gestión de balón porque, bajo mi opinión, es la mejor plantilla del mundo, con diferencia.
El hecho de que este clásico llegue tan pronto, en agosto, puede también condicionar un poco el partido. Pero lo que es seguro es que será igualmente importante dada la calidad de los jugadores que van a participar en él. Así que todo va a depender de cómo uno y otro van a pretender ser mejores que el rival. Seguramente un Barça que pretenda jugar en campo contrario y la duda de realmente cómo lo va a plantear Zidane, a pesar de, reitero, tener a los mejores centrocampistas del mundo.