Era el director jurídico de la Conmebol en la época en la que se confeccionaron todos los contratos de los derechos del fútbol sudamericano y luego fue el cerebro en la renegociación con DATISA, principal acusada en el caso FIFAgate. Llegó a Sudamérica de la mano del argentino Julio Grondona, otro de los dirigentes de la zona señalados por las prácticas corruptas continuadas.
Gorka colaboró también en la candidatura Ibérica con la que España y Portugal optaron a la organización del Mundial del 2018, bajo investigación de la justicia suiza por presunto pago de comisiones.