El campeón sobrevive en la prórroga

Amador Gómez VITORIA / COLPISA

DEPORTES

JOSÉ RAMÓN GÓMEZ | EFE

El Madrid, siempre a remolque de un gran Andorra, sufre para llegar a la semifinal

17 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El campeón de las tres últimas ediciones de Copa estuvo al borde del precipicio, pero se salvó gracias a un triple de Anthony Randolph a falta de 4 segundos para el final, para forzar, con remontada incluida, una prórroga en la que ya no hubo compasión con un Andorra que dominó durante 39 minutos, pero que dijo adiós de forma cruel.

En un discreto partido de los blancos, con demasiados errores (anotó 14 de los 43 triples que intentó) y cuando estaba a punto de besar la lona y de protagonizar un auténtico fiasco, Randolph propició un mazazo descomunal al Andorra, que acarició la gesta y, después de ese triple letal del ala-pívot estadounidense, dispuso incluso de la última posesión para eliminar al gran favorito. Sin embargo, la suerte no se alió en el momento de la verdad con un modesto que hubiera sentenciado antes de no ser por la, una vez más, briosa reacción de Llull. La prórroga acabó con una sonora pitada a los colegiados, con un par de decisiones en el tramo final que perjudicaron al Andorra.

El Madrid pagó las consecuencias de sus pésimos 20 minutos iniciales y, después de ir a remolque (21-37), se vio obligado a un esfuerzo extra. Completamente desconocido, sin correr ni golpear como en ellos es habitual, los blancos tomaron su propia medicina frente a un rival al que también le gusta el baloncesto ofensivo y desenfadado. El Andorra, además, contó con un Shermadini imparable; suya fue la canasta que se le anuló por unos inexistentes pasos a 44 segundos para el final, cuando el Madrid perdía por 80-84. Con el pabellón entregado para que que cayese el equipo que ha conquistado las tres últimas Copas, el conjunto blanco llegó a tiempo para forzar la prórroga e imponer su poderío físico y su mayor profundidad de banquillo ante un rival tocado tras el triple de Randolph y con escaso físico para reaccionar en el tiempo añadido.

Real Madrid: Maciulis (2), Ayón (10), Llull (22), Taylor (2), Reyes -cinco inicial-, Randolph (25), Draper, Rudy (7), Nocioni (11), Doncic (12), Carrol (8)y Hunter.

Andorra: Albicy (15), Walker (3), Jelinek (4), Antetokounmpo (9), Shermadini (27) -cinco inicial-, Schreiner (11), Burjanadze (7), Stevic (14, Colom, Briá (2) Schneider y Navarro (11).

Parciales cada diez minutos: 15-23, 18-20 (33-43, descanso), 23-16, 30-27 (86-86) y 13-7 (99-93, final tras la prórroga).

Árbitros: Hierrezuelo, Peruga y Araña. Sin eliminados.

Incidencias: Segunda semifinal de la Copa del Rey de Vitoria disputada en el Pabellón Fernando Buesa Arena ante 14.597 espectadores.

El Baskonia no acusa la presión en su estreno y supera al Tenerife con un gran Larkin

Fiel a su estilo, el Baskonia no acusó la presión en su estreno en la Copa como anfitrión. Liderado por un base espléndido, Shane Larkin, que machachó al Tenerife en el cuarto definitivo (17 puntos en el último parcial, para 34 de valoración final), a pesar de algunos despistes defensivos y momentos de relajación, el Baskonia cumplió con la lógica y selló su pase a las semifinales en un partido en el que dio el estirón cuando se lo propuso ante un rival que no se escondió, pero que siempre fue por detrás.

Al igual que le ocurrió en las tres ocasiones anteriores en las que albergó la fase final de la competición -con un título en 2002 y un subcampeonato en 2008-, el Baskonia superó con éxito la primera eliminatoria. El conjunto canario duró lo que quiso Larkin, jaleado al grito de «¡MVP, MVP!» por la bulliciosa y contagiosa afición del Buesa Arena.