Una pasión en cuatro facetas

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

DEPORTES

XOAN CARLOS GIL

El vigués tiene responsabilidad en dos clubes, aparte de ser monitor y miembro de un grupo investigador

12 oct 2016 . Actualizado a las 12:15 h.

Cuando David Ferreiro (Vigo, 1987) habla de su día a día en relación con el deporte hay dos palabras que repite constantemente. Una es «pasión»; la otra, «locura». Porque su pasión por el deporte en general y por el fútbol en particular ha convertido su vida en esa locura de la que disfruta desde cuatro facetas diferentes. El exentrenador del Olivo ahora es director deportivo del Matamá de Segunda femenina, pero además dirige al Sampayo de Segunda Regional, pertenece al grupo HI20 de la Universidade de Vigo -que investiga el rendimiento en los deportes colectivos- y trabaja como monitor en un gimnasio. ¿Vacaciones? «De las cuatro cosas, nunca, ni sería capaz», admite.

Como tantos niños, comenzó jugando al fútbol en su infancia y lo hizo en el equipo al que ahora entrena. Antes de dejar de estar en activo ya hizo sus pinitos en los banquillos de Val Miñor y Racing de Castrelos. Luego, hace casi dos años, le llegó la oportunidad del Olivo y el curso pasado se proclamó campeón de Liga con ambos equipos. «Lo que más me gusta sin duda es estar en el verde. No me importa pasarme horas diseñando una sesión y luego intentar cumplir objetivos. Hay días que estás entrenando y disfrutas tanto que no quieres que se acabe», comenta. 

Una vida a toda velocidad

Pero encuentra tiempo para mucho más. «Vivo a toda velocidad. La semana empieza el lunes y cuando te das cuenta ya estamos a lunes otra vez», dice. Entre medias, unos cuantos turnos en el gimnasio, varios días con entrenamientos consecutivos en los dos equipos -que le ocupan de 19.30 a 23.30- y tiempo para la investigación y para ver mucho fútbol. Sin pausa. «El lunes es mi día más libre. Trabajo toda la mañana en el gimnasio y por la tarde me dedico a planificar la semana», revela. Por la noche, siempre que puede, toca analizar más partidos. «Como cuando entreno no puedo ver la Champions, procuro hacerlo antes de irme a dormir», añade.

El sábado y el domingo son los momentos cumbre. «El sábado por la mañana trabajo y por la tarde veo fútbol, ya sea profesional o por aquí cerca. El domingo ya es todo fútbol: si juega el Matamá voy a verlo y a grabarlo, o si no a sus rivales, y por la tarde ya le toca al Sampayo», relata. Si los suyos juegan tarde, a todo eso suma «labores de scouting» de los demás conjuntos.

Lo más novedoso de este año es su faceta de director deportivo del Matamá. «Cuando me lo propusieron dudé. Era algo que no había hecho nunca, pero me explicaron las funciones y me atrajo. Aparte de que es un club que apuesta fuerte por el fútbol femenino, que está en un momento de expansión y evolución y es una buena puerta de futuro». Además, al lado del técnico, Chicho, mata el gusanillo de no entrenar este año en fútbol femenino. «Tengo la suerte de que es muy abierto, le gusta escuchar críticas y comentarios y siempre me deja echarle un cable». Otra tarea más para la lista. 

Formación constante

Si algo tiene claro David es que para ser un buen entrenador hay que prepararse. Y ahí juega una parte fundamental el grupo HI20. «La formación y la investigación te dan la información y las referencias para desarrollar este trabajo. Aparte de las charlas con otros miembros que fueron mis profesores; su pasión despertó la mía», confiesa. Reconoce que le gustaría dedicarle más tiempo y, tras publicar un primer artículo sobre «la eficacia ofensiva de las acciones a balón parado frente a las acciones de balón dinámico», tiene nuevas ideas en la cabeza. «Quiero seguir aprendiendo, no quedarme estancado. Siempre busco más».

Asegura que si tuviera tiempo le encantaría hacer incluso más cosas y que la palabra cansancio no está en su diccionario. «Hago lo que me gusta y eso no lo puede decir todo el mundo», celebra. Pero al final la ocupación que cuenta para la vida laboral es la de monitor y eso sí que le gustaría cambiarlo. «Estoy contento con todo, pero claro que me gustaría poder vivir del fútbol y tener algo estable ahí. Es mi objetivo de cara al futuro, pero sé que a día de hoy es complicado». A empeño y horas de dedicación no habrá muchos que le ganen.