El honor de los dueños del básket

Miguel Álvarez LUGO / LA VOZ

DEPORTES

JIM YOUNG | Reuters

Estados Unidos emprende la defensa del título contra la endeble China

06 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La carrera hacia el oro se abre esta medianoche para Estados Unidos. El combinado norteamericano persigue prolongar su tiranía en el baloncesto olímpico. No ha perdido un partido en los Juegos desde 2004. Y, en las últimas ediciones del torneo, tan solo España ha sido capaz de hacerle sombra. El conjunto de Coach K debutará con un encuentro presumiblemente plácido ante China. Una piedra de toque para conocer las virtudes y defectos de los doce elegidos de la NBA.

Ataque

Ritmo alto y aprovechamiento de espacios

A Estados Unidos le gusta aplicar un ritmo muy alto a sus partidos. Con intensidad, apuestan por posesiones cortas, muchos lanzamientos y un excesivo consumo de acciones individuales. Kevin Durant y Carmelo Anthony son, sobre el papel, las dos figuras del combinado norteamericano. Sin embargo, el arsenal no se reduce a los dos aleros. Klay Thompson es un martillo desde la larga distancia, circunstancia que propicia que el conjunto de Coach K amplíe las amenazas para castigar las ayudas largas de los rivales y para generar espacio para las penetraciones.

A Estados Unidos le encanta correr el campo. Además, trata de sacar petróleo de balones doblados hacia la línea de tres puntos. En ocasiones, se convierten en previsibles debido a algunos momentos de abuso de acciones individuales. Tampoco se trata de un conjunto que se ate demasiado a la pizarra. 

Defensa

Agresividad extrema en primera línea

Estados Unidos somete a una presión muy alta al balón en las acciones defensivas. Sobre todo, cuando el rival trata de maniobrar en primera línea de ataque. Los jugadores norteamericanos emplean las manos para rebañar pelotas y tratan de ahogar las líneas de pase para colapsar la circulación de balón de los adversarios.

Esa tensión que aplican a sus contrarios permite a los estadounidenses recuperar muchos balones que desembocan en superioridades y canastas fáciles. En la defensa del bloqueo directo, no les importa cambiar o saltar al dos contra uno. Las variantes son siempre agresivas. No obstante, tienen tendencia a relajarse en caso de que un rival les supere sobre bote en acciones de uno contra uno. En ese caso, confían en que armarios empotrados como DeAndre Jordan salten a la ayuda para taponar o cambiar tiros.

Poderío

Un equipo sin igual en el plano físico

En el aspecto físico, no hay selección alguna que pueda competir con la estadounidense. Esta circunstancia le permite a los de Coach K mantener la intensidad a lo largo de los cuarenta minutos y someter a los rivales a un castigo continuo.

La confianza en esa potencia propicia que, en ocasiones, los norteamericanos abusen de acciones individuales que desembocan en lanzamientos forzados. No obstante, poseen calidad suficiente para atraer la defensa y encontrar compañeros que se encuentran con el rifle cargado en el perímetro o que le han ganado la espalda a sus pares merced a su dinamismo.

Los norteamericanos cargan el rebote ofensivo con ritmo inconstante. A medida que transcurren los minutos, no es raro que apuesten por acciones reducidas del juego ofensivo que retrasan la incorporación de los interiores a las proximidades del tablero.

Ausencias

El peso de no contar con Curry ni Lebron

Stephen Curry y Lebron James son, posiblemente, los dos baloncestistas más determinantes de Estados Unidos en la actualidad. Ninguno de los dos estará en Río de Janeiro. La lista de bajas se amplía con otros nombres importantes como Russell Westbrook, Anthony Davis o Blake Griffin.

No obstante, Kevin Durant y Carmelo Anthony poseen galones suficientes para liderar el combinado de las barras y estrellas. El primero es casi imposible de parar si se encuentra inspirado. Anotador compulsivo, dispone de talento y de un rango de tiro muy amplio. El abanico de figuras lo completan, en principio, jugadores como Kyrie Irving, Klay Thompson o DeMarcus Cousins. Además, a Coach K jamás le ha temblado el pulso a la hora de relegar a baloncestistas contrastados al ostracismo durante una competición. Ya lo hizo en el pasado con James Harden o Carlos Boozer.

Trayectoria

Casi doce años sin perder en unos Juegos

La última derrota de Estados Unidos en unos juegos se remonta al 26 de agosto de 2004. Entonces, Argentina segó las esperanzas norteamericanas en semifinales (81-89). No obstante, la trayectoria del equipo de las barras estrellas en las Olimpiadas es brutal. Campeón en catorce de las dieciocho ediciones celebradas hasta la fecha, tan solo cedió una plata en Múnich 1972 y el bronce en Seúl 1988 y Atenas 2004. No acudió a la competición de Moscú 1980 por boicot.