Hume, y el talento y el sudor

Antón Bruquetas EL OJO DE HALCÓN

DEPORTES

11 mar 2016 . Actualizado a las 17:16 h.

Una de las frases más célebres del filósofo escocés David Hume establece que «el razonamiento riguroso y preciso es el único remedio universal válido para todas las personas». Examinadas las palabras de Roselyne Bachelot sobre Rafa Nadal, no superan este filtro básico. Parece impropio de una persona que ha ostentado un cargo público de tanta relevancia que detrás de cada una de sus afirmaciones no haya un solo dato contrastado que las respalde. Por el momento, suenan a hueco. Y no constituyen una novedad. Otros han disparado antes que ella. De hecho, la figura de Nadal ha estado en entredicho durante gran parte de su carrera. Su leyenda incluye tres ingredientes que pueden inducir a pensar en el dopaje: un poderío físico fuera de lo común; haber nacido en España, el país que se convirtió durante años en el paraíso de quienes querían saltarse las normas -Armstrong alquiló una casa en Girona cuando dominaba con puño de hierro el Tour, era el refugio para escapar de legislaciones como la francesa y la italiana que perseguían con más dureza el consumo de sustancias prohibidas en el deporte-; y es tenista. Hace tiempo que las insinuaciones de que la ATP protegía a sus grandes figuras de este tipo de escándalos dejaron de ser un rumor para convertirse en una realidad. Agassi, por ejemplo, explicó en Open, su biografía, cómo en 1997 se encubrió su positivo por metanfetamina ¿Son estos tres argumentos suficientes como para manchar una y otra vez a Nadal? Hume diría que no, porque hoy la mayor parte de las pruebas indican que el éxito de Nadal ha sido producto de esa combinación inigualable de talento y sudor.