La cenicienta del deporte gallego

Marta de Dios Crespo
marta de dios LUGO / LA VOZ

DEPORTES

OSCAR CELA

Alberto Piñeiro trabaja limpiando el estadio Ángel Carro para mantener su carrera como boxeador

17 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Se podría decir que Alberto Piñeiro lleva una doble vida. Con 26 años, el púgil lucense se machaca toda la semana en el gimnasio para convertirse en el próximo campeón de España, pero cuando llega el fin de semana cambia los guantes por la escoba y se encarga del mantenimiento del fondo sur en el Ángel Carro. «Lo hago porque el boxeo no me da para vivir y tengo que buscarme la vida», comenta El Piña, su nombre de guerra. «En Inglaterra, por ponerte un ejemplo cercano, un chico con mi trayectoria podría tener hasta chófer, pero aquí todo es bastante más complicado», lamenta. Sin embargo, Alberto Piñeiro es reticente a la hora de plantearse hacer carrera en el extranjero porque cree que, sin un buen agente, existen muchas posibilidades de acabar siendo el «ascensor» de otros deportistas.

El camino de una promesa

Se inició en el boxeo con 14 años y hoy es una de las grandes promesas de Galicia. Sus títulos hablan por él. Siendo júnior se convirtió en el Campeón de España (2007) en su categoría, apenas dos años después de empezar a pelear. Por el camino se llevó tres veces el título autonómico y desde que empezó su carrera como profesional, en marzo del año pasado, no ha perdido un solo combate. «Si todo va bien en marzo, justo un año después de empezar, le arrebataré el título al campeón de peso supermedio a José Manuel Iglesias, Príncipe Punky». Aunque será un combate «largo», a 10 asaltos y él está acostumbrado a los de seis. Su camino hasta aquí no habría sido posible sin la dirección del lucense Miki Sánchez y el promotor Chano Planas, «estoy muy agradecido por su confianza, solo no habría sido capaz», comenta.

No le molesta el rol que desempeña en el Ángel Carro, más bien al contrario. «Me encargo de que todo esté limpio y si algún aficionado rompe algo, aviso para que lo reparen. Me gusta estar por allí, ver los entrenamientos y por supuesto, los partidos del Lugo». Su relación con el club viene de lejos. Se encarga del mantenimiento desde hace tres años, pero los rojiblancos le han apoyado en diferentes momentos de su trayectoria. «Algún jugador vino a verme boxear el año pasado y espero que si en marzo se disputa aquí la lucha por el Campeonato de España, también vengan». Cuando debutó como profesional, El Piña saltó al ring con la camiseta del equipo lucense serigrafiada con su alias y se muestra orgulloso con la trayectoria del equipo de su ciudad esta temporada, «creo que lo están haciendo bien y ojalá puedan meterse en la fase de ascenso». Reconoce que es incondicional del Real Madrid, «pero no me están dando muchas alegrías este año, así que sigo más la Segunda División».

Alternativas

Tiene claro que el futuro a medio plazo no está en el boxeo, aunque es consciente de que le ha dado todo en la vida. «Llevo tiempo pensando en buscar un futuro al margen de este deporte. No quiero verme con 30 años como estoy ahora». Dice que el boxeo le ha aportado «disciplina» y que, al contrario de lo que cree mucha gente, «los golpes ahí arriba no duelen. La tensión es como un narcótico contra el dolor». Sobre sus expectativas laborales solo dice que «es pronto y tengo varios frentes abiertos».